miércoles, septiembre 18, 2019

Del goce de la mujer del hoy


O de la diferencia entre el placer y el goce

Nos cuentan que a la mujer siempre hay que creerla. Algo que sólo se puede decir cuando se presupone que la mujer siempre dice la verdad. Por eso se nos dice que a las mujeres hay que creerlas siempre. Porque siempre dicen la verdad.

¿Y por qué nos cuentan eso?

Si verdaderamente somos iguales los hombres y las mujeres en todo, que eso es lo que nos dicen y cuentan, ¿por qué entonces las mujeres no habrían de mentir?

Si la igualdad es incuestionable porque toda diferencia es, sólo, producto de un constructo social, ¿por qué las mujeres no mienten?

¿Por cuestiones "naturales"?

¿Así que SÍ hay cuestiones que diferencian a los hombres y las mujeres, y además se deben a la Naturaleza y NO a un constructo socio-cultural?

Si verdaderamente somos iguales los hombres y las mujeres en todo (aunque quede claro que ellas nunca mienten y por eso hay que creerlas siempre), ¿por qué entonces ellas dicen que sólo los hombres mienten ya que ellas no lo hacen, y por eso siempre dicen la verdad?

¿Qué ganan las mujeres no mintiendo nunca?

O mejor, ¿Qué ganan diciendo que nunca mienten?

¿Qué hace una mujer cuando dice no mentir nunca (porque sólo la verdad es lo que se le cae de la boca siempre)?

O mejor, ¿Qué siente realmente una mujer que dice que las mujeres nunca mienten?

¿Qué se cree?

O mejor aún, ¿Qué sienten las mujeres que callan cuando se nos dice que a las mujeres hay que creerlas porque siempre dicen la verdad?

¿Qué se creen después de sentir qué?

O mejor aún si cabe, ¿qué clase de persona puede ser esa que dice no mentir nunca?

¿Qué puede hacerle a una persona decir que nunca miente?

¿Qué podemos esperar de una persona que dice no mentir nunca?

¿Qué podemos decir de todas esas personas que proclaman a los cuatro vientos que las mujeres nunca mienten y por eso hay que creerlas siempre?

¿Qué podemos esperar de todas esas personas que asumen sin pestañear la afirmación que dice “hay que creer siempre a las mujeres porque ellas nunca mienten”?

¿Qué podemos esperar de todas esas personas que creen verdaderamente que siendo iguales, -¿por naturaleza?-, sólo las mujeres dicen siempre la verdad?

¿Tiene algo que ver la Naturaleza en el hecho de que las mujeres siempre digan la verdad?

¿Así que sí que hay algo que se rige por la Naturaleza y no por el constructo socio-cultural?

¿Es sólo eso, la incapacidad de mentir de la mujer, lo único que nos confronta a los sexos de forma natural... o hay más cosas que nos diferencian de forma natural?

¿Será entonces que tener vagina, y no pene, lo que hace que la mujer siempre diga la verdad?



domingo, septiembre 01, 2019

Y aún dicen que el pescado es caro


O: mujer es

Hay veces que las cuestiones personales, o mejor, las historias que uno vive en su entorno, adquieren un tinte universal. O no.

Hace ahora 19 años y después de pagar todas las tasas pertinentes correspondientes a dos años de cursos de doctorado, así como después de desarrollar la correspondiente tesis doctoral (durante ese mismo periodo de dos años), mi mismo director de tesis se negó a dejarme presentar la tesis ante el tribunal correspondiente. Y lo hizo a una semana de su lectura programada y con el tribunal elegido. Su argumentos fueron inevitablemente estúpidos, pues tuvo dos años para avisarme de ellos y sin embargo esperó a hacerlo exactamente una semana antes de la lectura de la tesis. Maldad, es mi teoría. Lo llamaremos X, un profesor/catedrático con fama de depredador sexual. De hecho son muchas las personas con las que me he cruzado desde hace esos 19 años que prácticamente sólo me han hablado de eso respecto a su actividad docente, de su afición a las alumnas.

Mutatis mutandi
Hace un tiempo una buena amiga se explayó hablándome de su entrenadora física, su monitora de gimnasia. Se trata de una mujer separada oficialmente desde hace años y con un novio actual 10 años menor que ella, concretamente un cubano que, según la misma monitora la quiere con locura. La cuestión es que ella no se siente tan enamorada de él como al parecer su musculoso y joven novio cubano de ella. Según la misma monitora éste se porta de maravilla en todos los sentidos, es trabajador, bueno y además se preocupa mucho por ella y por su hijo, un chaval de 17 años. Pero ella... cómo decirlo... conoció a un tipo hace algún tiempo en Córdoba del que ni su cabeza ni su cuerpo logran desprenderse, como según ella misma cuenta. Tal y como me traslada mi amiga en animada conversación, su profesora de estiramientos siente una inevitable y fatal atracción por aquel tipo cordobés con el que, aún y aisladamente, mantiene intensas relaciones sexuales. Es más, aprovecha cualquier excusa para ir a Córdoba con las más variopintas explicaciones. Su pareja, el apañado cubano 10 años menor que ella, se queda con el hijo de ella y le hace la comida todos los días. La explicación que le da a mi amiga es que ese tipo cordobés es un tipo “extremadamente pervertido que le pone de una forma impresionante” y que tiene con él unas “relaciones sexuales absolutamente adictivas”.

Hace menos tiempo, es decir, un año después, mi amiga me ha contado que el hijo de su monitora aeróbica, de (ya) 18 años, se encuentra manteniendo una relación sexual con su profesora de Lengua que casi le triplica la edad y que se encuentra casada (emparejada). Y que debido a la cortedad mental de su hijo es ella misma, la propia monitora, la que escribe los mensajes telefónicos de ese su hijo cuando éste tiene algo romántico que decirle a su profesora de Lengua. Me lo cuenta mi amiga un tanto desconcertada, pues, como yo, no entiende que una madre se inmiscuya en esas cosas y de forma tan directa. Así, una mujer con pareja estable pero atraída fatalmemte por un pervertido -con el que mantiene esporádicas y necesarias relaciones sexuales- le escribe a su inepto -pero espabilado- hijo los mensajes de amor destinados a una mujer casada pero 25 años mayor que él.

Da capo
La profesora de Lengua que se folla al hijo de la monitora aeróbica es la mujer del profesor/catedrático que me la jugó hace 19 años. Le pregunto a mi amiga cómo es posible que una mujer adulta y culta mantenga relaciones sexuales con un chaval más bien cortito. Su respuesta es rápida y contundente porque la conoce, se lo ha contado su propia monitora: “porque mi hijo le pega 5 polvos seguidos”.

Y después dicen que el pescado es caro.

O: mujer es.