De artistas y galeristas
Una gran parte del mundo
del arte se encuentra tan perdida que a veces incluso produce
ternura. Este texto nace de las declaraciones del vicepresidente de
LaVAC (Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de la
Comunidad Valenciana) en El Levante con motivo del cierre de
la Galería Espaivisor: “Valencia sigue con la política de los
grandes eventos... no hace nada para retener a las galerías”, “los
políticos sólo atienden a los grandes centros”, “Nosotros nos
jugamos el tipo en cada exposición”, “las galerías carecemos de
absoluto interés para los políticos”.
Los artistas se lamentan
No hace mucho se organizó
aquí en Valencia una suerte de seminario en el que se pretendía
ofrecer al artista del hoy “un mapa de herramientas y estrategias
con las que reorientar y enmendar su situación de inestabilidad
profesional”. Se llamó Hacia la profesionalidad del artista
visual y contó, como era de prever, con toda una plantilla de
profesionales que se mostraban preocupados verdaderamente por el
futuro del artista del hoy: comisarios, gestores culturales,
galeristas, periodistas, artistas y miembros de asociaciones o
agrupaciones pertenecientes a dos sectores de ese mundo.
Las galerías de arte se
lamentan
Parece ser que, en efecto,
parte de ese mundo del arte actual anda desconcertado. ¡Pero hay que
decir que no todos los “elementos” que configuran su mundo!: los
políticos y gestores culturales institucionales (no sólo de las
capitales sino de todos los municipios tengan el tamaño que tengan)
parecen vivir en constante estado de excitación y éxtasis. Y tienen
motivos para ello pues a veces les sobrepasa la cantidad de eventos
que tienen que atender cada semana. Tampoco los Grandes Centros de
Arte pueden poner mala cara, pues sus alegrías crematísticas ya no
provienen de una sola vía, la política/institucional, sino de dos,
la política (que con ello gana votos) y la privada (que gana en
desgravaciones). Aunque siempre les parecerán pocas esas alegrías a
los Grandes Centros de Arte, todo se ha de decir. Llorones.
Entonces, ¿quiénes se
encuentran desconcertados además de compungidos? Pues ya lo hemos
avanzado: fundamentalmente dos sectores de ese mundo, el de
los artistas y el de los galeristas, precisamente esos dos sectores
que hasta no hace mucho eran los verdaderos generadores de la idea de
Arte Contemporáneo. Pero ya no -se siente-, y por eso se embarcan
constantemente en seminarios, congresos, jornadas, “abiertos”,
mesas redondas, “nocturnos” y encuentros con el fin el fin de
superar lo que ellos mismos llaman, no sin cierta ingenuidad, “reto
del nuevo mercado global”, analizando conceptos como branding,
comunicación off-line, RRSS, composición curricular, estrategias
on-line, autogestión e incluso autogestión sostenible. Ya
digo, desconcertados y perdidos.
De los artistas
Si
hay algún sector verdaderamente patético en eso que aún llamamos
mundo
del arte
es el de los artistas, o mejor, el de todos esos personajes que se
autodenominan artistas. Los que se autocalifican artistas -que son
todos los que creen hacer arte- se caracterizan por la queja, por
vivir su “profesión” en permanente estado de lamento. O bien se
quejan de no vender, o bien se quejan del poco cariño que le muestra
la Institución Política, o si quieren el Poder Fáctico. Ambas
quejas, insisto, es lo que convierte en patético a los
representantes del sector. Respecto a la la primera porque convierte
a los supuestos artistas en seres molestos, como molestos son todos
aquellos que se empeñan en vendernos algo que no queremos. Y respecto
a la segunda porque la queja supone una contradicción insalvable,
pues la primera función (misión) que dicen tener los supuestos
artistas es la de cuestionar el Sistema, el Poder Fáctico si
quieren. Por lo que si alguien se empeña en trabajar para Él es
sólo porque quiere ser un lacayo, lo contrario de un ser libre. Su
falta de dignidad es sólo equiparable a su falta de pudor.
De las galerías de arte
Y respecto a las galerías
baste recordarles tres cosas: -1.
Que lo suyo se trata de un negocio y NO se un Servicio Cultural. -2.
Que el producto que venden ya no representa ni siquiera el Espíritu
de nuestra Época. Y -3. que ellos, los galeristas montaron su
negocio por voluntad propia y además nadie les pide que “se
jueguen el tipo con cada exposición”.
Parecen
ignorar que las cosas del ahora nada tienen que ver con las cosas
acaecidas antes de la caída de Lehman Brothers en (2007), mismo año
en el que surgieron los smartphones, mismo año en que se consolidó
Facebook; mismo año de la expansión de Twitter; mismo año en el
que Google lanzó Android y promovió Youtube; mismo año en
definitiva y sobre todo donde las RRSS se impusieron como forma de
comunicación inmediata y masiva. En estas circunstancias el método
hagiográfico (el artista como ser heroico que inevitablemente produce
objetos sagrados) que aún siguen usando los galeristas ya no sólo
es anacrónico, sino también obsoleto.
En
cualquier caso, y tal y como
ya advertí en artículo anterior, ¡claro que seguirá habiendo
galerías de arte que funcionen bien económicamente!, pero ahora más
que nunca serán solo aquellas que trabajen con coleccionistas
superpoderosos (los pocos que van quedando), o con narcotraficantes,
o con traficantes de armas, o si quieren, con brokers desalmados, o
con empresarios de alto standing que saben desgravar con elegancia o
blanquear con permisividad y connivencia, etc. ¡Y claro que
seguirá habiendo Grandes "Ferias Basel”, pero para dar servicio
sólo a los -galeristas- que son capaces de llegar a ellas! Unos
cuantos elegidos, privilegiados.
1 comentario:
Veras maño ,, te descubrí hoy ,, estoy de acuerdo en bastantes puntos sobre la situación de las artes visuales ,, pero hombre contente que la cosa no es para tanto a fin y ala postre tu eres un profesor y cobras como funcionario ,, de mod que libre no eres ,, ,, tu también te debes a tus deberes
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