O: La izquierda reaccionaria
Parecía que la catástrofe que nos
(des)ocupa desde hace una semana servía, al menos, para unir a la
gente que se encontraba mostrencamente polarizada por la ideología;
una ideología, claro, inculcada por el actual sistema
político-digital (Media en general, Universidades, RRSS en general y
Twitter en particular). Así, parecía que la catástrofe que
actualmente nos (des)ocupa servía, al menos, para unir a la gente
más allá de sus miserables ideologías. No había más que estar en
casa a las 8 de la tarde para darse cuenta en el aplauso común; un
aplauso, además de unificador, fundamentado en la generosidad y en
el agradecimiento. Pero unificador. Hasta que ha llegado la izquierda
más reaccionaria y ha roto ruinmente con ese estado fraternal que -inteligentemente- sólo se preocupaba por un bien común y supremo; hasta que ha llegado la izquierda más reaccionaria y ha tenido que
enfrentar de nuevo a la gente -población- con esa mostrenca polarización. Ya no
sólo se “sale” a la calle para abordar un acto noble (aplausos)
en la medida que es solidario, común y generoso; ahora, la izquierda
más reaccionaria lo ha vuelto a hacer -con el esfuerzo que le caracteriza
cuando le traiciona su maligno inconsciente de izquierda reaccionaria-: separar a la
población pidiendo ruido en lugar de aplausos. Pidiéndoselo a unos cuantos, claro. Y lo peor de todo es
que hay mucho gente que les baila el agua aun cuando muchas de las
causas por las que se encuentran (des)ocupados las haya favorecido esa
misma izquierda reaccionaria. La izquierda reaccionaria, insisto.
*Y esto ya ha sucedido el 4 día
de confinamiento debido al COVID 19
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