O: La foto a pesar de todo
O: Greta sin garbo
O: El poder de la inercia
Un silogismo es un razonamiento formal
que establece una conclusión necesaria a partir de dos proposiciones
o premisas dadas. Así, para que haya silogismo son necesarias dos
premisas y una conclusión; las premisas pueden ser mayores y menores
pero no pueden ser falsas si lo que pretende el silogismo es una
conclusión que debe ser necesaria. El ejemplo más usado desde la la
Filosofía es el siguiente: A) Todo hombre es mortal, B) Sócrates es
un hombre, C) (Conclusión) Sócrates es mortal
Aquí hemos tirado la casa por la
ventana y hemos propuesto un silogismo con 8 premisas para que pueda
entenderse como más necesaria la necesaria conclusión. Los
silogismo en realidad se construyen con sujeto, verbo y predicado,
pero aquí, como hemos tirado la casa por la ventana, los hemos
construido con argumentos algo más complejos.
Premisa 1) La Verdad. Es un
hecho que la Verdad no vive su mejor momento. Siempre ha sido un
concepto que ha generado suspicacias entre los pensadores,
suspicacias que nos han conducido hacia la última de sus
concepciones. Así, el desprestigio de la verdad es ya total
en esta era tan posmoderna como digital. Podría decirse que hemos
alcanzado el máximo nivel de relativismo, ese que anuncia que hay
una verdad por individuo. Ahora bien, si no hay Verdad,
siquiera aproximada, nada hay en lo que creer. Y el pensamiento se
reduce a la mera opinión.
Premisa 2) Los políticos. Si se
trata de generar una premisa sólo vale decir de ellos, los
políticos, lo que realmente son: personas (?) que dadas las
circunstancias actuales, sobre todo aquellas relacionadas con el
concepto de Verdad (concepto que debería ser importante para un
político si lo que pretende es rechazar ciertas Ideas para imponer
las suyas), pueden cambiar de opinión de un día para otro sin que
eso les genere ningún problema moral. Si un tipo que nos representa
puede un día decir algo -en tanto que verdad propuesta- y al
día siguiente puede decir (sostener) lo contrario sin que ello le
pase factura es que verdaderamente estamos viviendo el máximo grado
de relativismo, el mostrenco: ya no sólo hay una verdad por
individuo, sino que hay miles de verdades en cada individuo. Ahora
bien, si uno puede decir (sostener) una cosa y su contraria
(dependiendo sólo de sus intereses exageradamente coyunturales)
porque sabe que eso no le va a pasar factura aun cuando de esa
apostasía se colija una contradicción insoportable, ya no será
posible el Pensamiento.
Premisa 3) Corrección política.
La corrección política no es más que
una estrategia cuyo fin último es hacer irresoluble el mismo
problema que desde ella se denuncia. Se trata, pues, de una
estrategia que propone una solución perfectamente ineficaz con el
fin de perpetuar esa estrategia que además de generar pingües
beneficios tranquiliza la conciencia de los ignorantes. Tal es la
perversión. Lógicamente, la corrección política castiga el
Pensamiento,
Premisa 4) Redes Sociales. Como
no existe la Verdad, sólo existen opiniones. La Opinión. Cada cual
tiene su verdad, la que defiende a capa y espada en su twitter
nickeado. Como no existe la Verdad, todas las opiniones valen lo mismo. Cada cual tiene su verdad, una verdad, por tanto, que sólo puede ser minúscula
y despreciable dados los a prioris. Una verdad que, sin
embargo, no por ser inocua deja de expresarse con una soberbia
innecesaria por incoherente. Y si toda opinión es inocua por
despreciable (además de prepotente) no podrá darse el Pensamiento.
Premisa 5) Libertad de expresión.
No la hay, no hay Libertad de expresión. Todos hablan del triunfo
del neoliberalismo en el mundo, un sistema que ha generado la
alienación del individuo en tanto que consumidor y usuario. Pero
esto es falso. O Verdadero a medias. En un sistema neoliberal la
libertad de expresión sería tan sagrada como la propiedad privada.
Y la Libertad de expresión queda negada ante la imposibilidad de
decir públicamente todo aquello que contravenga lo impuesto por la
Corrección Política (véase). Y la falta de Libertad de propiedad
privada queda patente con el terror que sufren políticos y leguleyos
ante los casos de okupación. Así, la negación de la Libertad de
expresión viene dada por legislaciones, las que promueve la
Corrección Política, las que impone el Estado. Pero donde no hay
libertad no puede haber Pensamiento.
Premisa 6) Negocio. A lo mejor
es consecuencia del neoliberalismo... capitalista, no lo sé, pero la
verdad es que todo hoy en día es negocio. Diríase que sólo eso.
Pero el caso es que lo que más dinero mueve no es la compra de ropa
o de dispositivos, ni la prostitución ni los videojuegos, sino las
subvenciones a grupúsculos que dicen querer acabar con la maldad que
habita el mundo. Negocio es, más que nada y por encima de cualquier
otra cosa, decir públicamente que se está comprometido con una
causa social (ya sea la feminista, la climática, la migratoria, la
identitaria...).. Así, el verdadero negocio se encuentra
estrechamente vinculado a la Corrección Política, entre otras cosas
porque ésta sustituye la búsqueda de conocimiento por la
suscripción a la buena voluntad. Y un mundo dominado por la pereza
auto-satisfaciente es un mundo sin posibilidad de Pensamiento.
Premisa 7) Futuro. El futuro ya
no llega ni a mañana. Si se estira algo más (pasado mañana,
pongamos) es porque ya se sabe la fecha de lanzamiento del último
modelo de nuestro móvil favorito, sólo por eso. Y en un mundo sin
futuro a nadie le interesa el Pensamiento.
Premisa 8) Pueblo. Desde hace
unos pocos años ya no hay pueblo (ciudadanos), hay sólo consumistas
adictos y usuarios radicales y bienintencionados; es decir, gente.
Gente, eso sí y valga la paradoja, con opinión propia... pero
ignorante como hemos ido viendo en todas las premisas. Gente dedicada al yoga, al tai chi, a los maratones, a los
medio maratones, a los ultramaratones, al couching, y a los
medicamentos. Y un mundo sin ciudadanos pero con mucha gente no
necesita del Pensamiento.
Conclusión: la inercia controla las
acciones individualidades, que están todas ellas dirigidas y se
encuentran necesariamente alienadas cuando se retroalimentan con
autosatisfacciones falseadas.
No hay más que ver a los periodistas
seguir a Greta por el andén de la estación para conseguir una foto
suya. Los periodistas somos nosotros.