domingo, agosto 05, 2018

Ideología y estupidez


Ideología y estupidez

O ¿Por qué a todos los artistas les pone tan cahondos ideologizar su discurso?

Resulta curiosa la facilidad con la que los artistas -de la farándula- se empeñan en politizarlo todo en sus declaraciones públicas; resulta curiosa la urgencia con la que los artistas, todos, necesitan posicionarse ideológicamente cuando expresan su opinión públicamente. Hablen de lo que hablen en las entrevistas (o en la recogida de premios en Festivales de Cine) lo que siempre parece apremiarles es la necesidad de dejar clara la nobleza de su corazón, la pureza de su ser de luz. Así, siempre que un artista es entrevistado o conminado a hablar para un medio público acaba siempre por derivar su discurso hacia la reivindicación con un compromiso social, la lucha contra la desigualdad (sic)... Y cuando el partido que gobierna no es de izquierdas entonces su discurso acaba incluyendo el éxtasis verborreico que provoca el puro goce e el entrevistado o del declarador.

Pero ¿por qué a todos los artistas les pone tan cachondos ideologizar su discurso? Pues fundamentalmente porque son imbéciles. O estúpidos, no sé muy bien. Tampoco sé muy bien si esto les pasa sólo a los artistas, pero el caso es que a todos ellos les pasa. O quizá se deba al periodismo del hoy, tan corrupto y ponzoñoso. Podría en todo caso haber dos tipos de artistas: los que acaban ideologizando su discurso porque saben que eso es lo que se espera de ellos en los medios y en los receptores de esos medios, y los que se creen verdaderamente seres de luz. No sé aún cuál de los dos tipos es más imbécil. Lo que sin embargo sí está claro es que la Segunda Ley de Las Leyes fundamentales de la Estupidez Humana (Cipolla) es la Ley favorita de los artistas, que son esos seres que pueden acometer el ejercicio de su profesión con auténtica sensibilidad y maestría siendo, al mismo tiempo, unos perfectos estúpidos. Al menos la gran mayoría de los que hacen declaraciones públicas.

Hace poco la comparsa del Gran Wyoming Sandra Sabatés entrevistaba a Itziar Castro, la actriz que estuvo nominada este último año a la mejor actriz revelación y a la que desde hace un tiempo a esta parte no le hace falta trabajo.

Pregunta la circunspecta Sandra Sabatés a la oronda Itziar, ¿Tener una XXL te ha limitado en una profesión que vive de la imagen?

Aquí ya sabemos por dónde quiere ir la Sabatés, que no es otro sitio que por la bronca, la queja, la reivindicación, la lucha, la opresión, el victimismo, el machismo, el patriarcalismo, etc., ya saben ustedes. ¿Y todo esto -se podría argüir en mi contra- lo sabes ya a partir de una pregunta tan inocua o tan elemental? Por supuesto; no hace falta ni un ápice de susceptibilidad para saber por dónde va el periodismo de hoy en día, tan vinculado a la Corrección Política y sus derivados. Nada en el periodismo de hoy es ni ingenuo ni casual ni inocuo. Y todo va encaminado hacia lo mismo. De hecho la pregunta es ciertamente improcedente, si no imbécil, cuando a quien está entrevistando no es a una gorda que reclama lo que le es negado por gorda, sino a una triunfadora. En cualquier caso, ya digo, en la pregunta ya venía implícita una cierta intención pues resulta a todas luces falso que una profesión -en este caso la del cine- viva de la imagen, e igual de falso que los representantes de esa profesión lo hagan. La lista de actores y actrices poco agraciados físicamente y con éxito (debido a los personajes o las mismas extraordinarias interpretaciones) es ilimitada. Es más, son precisamente quienes se empeñan en hacer distinciones entre guapos y feos, para hablar de discriminación, los que verdaderamente acaban generando un problema (de discriminación) donde no lo había. Son cosas de la Corrección Política, que con lo que se pone cachonda de verdad es con la existencia de problemas. Por eso su esfuerzo va siempre encaminado o a generarlos donde no los hay o a no permitir que se solucionen nunca. Lo que les pone cachondos a los resentidos es la lucha, sólo la lucha. O sea, la existencia del problema.

Las respuesta de Itziar es, en cualquier caso, tan fantástica como clarificadora... ¡a pesar de las intenciones de ambas!

Es como un pez que se muerde la cola o un arma de doble filo; es cierto que hay más personajes a los que no puedo acceder porque si en el guión no pone gorda no me suelen llamar, pero también he tenido suerte porque por el hecho de que pusiera gorda me han llamado a mí porque hay menos actrices de mi perfil y entonces he accedido a papeles diferentes, a películas de terror , a películas dramáticas, como Blancanieves, y he trabajado con Peter Greeneway y he hecho una versatilidad o un abanico de posibilidades diferentes, pero sí que es cierto que si no pone gorda es muy probable que no me llamen”.

[Aquí he de hacer un pequeño paréntesis porque hay algo en este final de respuesta que si no se ve en el audiovisual no se llega a percibir. El tono con el que hace su última afirmación casi que podría ser el que se correspondiera con una queja absoluta: la de fíjate hasta qué punto es canalla (hijo de puta) el sistema que si no llego a estar gorda no me llaman. Sé, sé que carece de sentido este tono de queja en esta afirmación por la contradicción profunda que conlleva, pero la cosa es así. Tienen tanta ganas de quejarse que se les va la olla y muestran su verdadera cara, la del odio, la del rencor, la de la violencia, en definitiva la de su goce, porque en eso está la mujer del hoy: en el puro goce delirante que le viene ante la exigencia de un empoderamiento necesario. De ahí que se haga un verdadero lío cuando intenta responder a una pregunta que asocia la obesidad a lo nada saludable. La pobre Itziar no sabe por dónde salir y acaba diciendo que de momento va a posponer cualquier tipo de dieta. Aquí podemos observar el porqué hoy en día resulta más más rentable ser "diferente" que "normal", de hecho la buena de Itziar no quiere adelgazar, eso es al menos lo que dice, y que por eso aplaza cualquier tipo de dieta. Pero sin dejar de quejarse por su doble discriminación (mujer y gorda), de hecho en todas sus entrevistas aprovecha para hablar de "gordofobia" cuando en realidad todos sabemos que siempre habrá trols y haters en la red pero que no dejan de ser una pandilla escuálida que resulta despreciable a lado de lo que piensan sus compañeros de profesión y la mayoría de espectadores sensatos, que son los únicos que al fin y al cabo importan. Por 4 desgraciados, alguien encuentra necesario, una vez más, llenarse la boca de desprecios que incluye a todos los varones, pues son los varones los que en última instancia aparecen como responsables y culpables de una sociedad corrompida por el heteropatriarcalismo machista]

Voy a intercalar ahora mis pensamientos entre los suspiros quejumbrosos de quien, por estar en el ajo, no puede dar puntada sin hilo, aún cuando los hechos se encuentren en contra ("arma de doble filo") de sus previsibles argumentos ideologizados. Responde, pues, Itziar con mucha seguridad:

Es como un pez que se muerde la cola o un arma de doble filo...

¿Qué?, ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Te ha limitado, sí o no?

...es cierto que hay más personajes a los que no puedo acceder...

Claro, como cualquier actor o actriz que no cumple los requisitos del personaje, por no hablar de quienes no pueden acceder a ninguno porque están en al paro desde que acabaron la carrera de Arte Dramático. O bien porque no tienen contactos o bien por lo que sea. O sí los cumple pero no ha contado con la suerte, tu suerte, amiga.

...porque si en el guión no pone gorda no me suelen llamar...

Como tampoco llaman a un actor adolescente para hacer de jubilado. ¡Y aún que te llaman (“no me suelen llamar”)!, que a muchas actrices guapas no las llaman ni para hacer de guapas.

...pero también he tenido suerte porque por el hecho de que pusiera gorda me han llamado a mí porque hay menos actrices de mi perfil...

Así que te han llamado por lo que eres, que es lo que pones en tu perfil. ¿Cuál sería la queja entonces? Por lo menos te han llamado, algo que no pueden decir, las pelirrojas (en paro y esperando castings), las guapas (en paro...), las bajitas (en paro...) o las colombianas (en paro...), que no estaban gordas cuando se requería un papel de gorda.

...y entonces he accedido a papeles diferentes, a películas de terror , a películas dramáticas, como Blancanieves, y he trabajado con Peter Greeneway y he hecho una versatilidad o un abanico de posibilidades diferentes, pero sí que es cierto que si no pone gorda es muy probable que no me llamen”.

Es decir, todo se lo debe al hecho de estar gorda. Si hubiera sido esbelta, guapa y políglota no la habrían llamado. Y en efecto, hay muchas mujeres perjudicadas cuando las necesidades del ciertos guiones requieren una gorda, muchas; esbeltas, guapas, políglotas... Algo que en el fondo disturba a la periodista que no parece hacerle mucha gracia que Itziar muestre tanto agradecimiento a su estado y se le escape, casi sin querer, tanta alegre vitalidad. De hecho hace oídos sordos y continúa con aquello para lo que ha sido adiestrada, que es gozar (y hacer gozar) con la queja victimista (que en última instancia se legitima ante la opresión machista heteropatriarcal) y por ello no se dirige a la Itziar actriz y prefiere dirigirse a Itziar la gorda: “En algún momento te has planteado dejarlo y dedicarte a algo que no dependa de la imagen?

Que no imbécil, que no, que no te has enterado de nada; que Itziar está viviendo su momento de gloria, que no le falta trabajo y que ya no sabe por dónde tirar en tu entrevista oscura y malediciente. Lo que no quita para que Itziar también se encuentre en el ajo debido a los dividendos que produce a todos los niveles. Resulta muy guay, muy cool y muy rentable ser mujer y muy víctima. Aún cuando te vaya muy bien.

De hecho la comprometida Sabatés pregunta ¿Qué es lo más fuerte, lo más duro que has tenido que escuchar por tu físico?”. Ante lo que la dispuesta pero algo consternada (no se esperaba una pregunta tan innecesaria y estúpida) Itziar responde “Lo más duro fue, yendo con mi hijastra, tener que escuchar a un vecino conduciendo decir ¡gorda, cómete un no sé qué!, cómete unos donuts...”, y acto seguido cuenta que su hijastra se quedó sorprendida ante el insulto hasta el punto de preguntarle, y que ella tuvo que explicárselo: me insultan por “ser diferente”. Así, eso es lo más fuerte y lo más duro que ha tenido que escuchar por ser gorda: y vino de ¡un vecino... que estaba conduciendo!

A punto de acabar la entrevista la Sabatés vuelve a la carga: “las actrices denunciáis la brecha salarial respecto a los actores que muchas veces obtienen los mejores papeles, los protagonistas acaban siendo para los hombres o que incluso a medida que vais envejeciendo cada vez os llaman menos”.

Que no Sabatés, que no, que los emolumentos de cada actor y de cada actriz los marca el mercado. Carmen Machi (¿es guapa o fea? porque lo que sí es, es una gran actriz) cobra más que una actriz jovencita advenediza aún cuando el papel de Machi pudiera ser más exiguo, pero lo que en última instancia cobra Carmen Machi es lo que una productora está dispuesta a pagar en función de sus presupuestos y sus expectativas. Y punto. Y puede que lo que cobre Carmen Machi por un papel protagonista en una determinada película sea mucho más que lo que podrían cobrar el varón protagonista de otra. Porque todo depende de muchos factores. Y lo de que los varones se llevan los mejores papeles, nada, monada. ¿O es que no ves ni cine ni series?

Tampoco Itziar deja de aprovechar las circunstancias políticamente correctas para sacarles partido. De hecho éste fue el titular y subtitular de un artículo/entrevista publicado en el periódico El Mundo y la respuesta a una de las preguntas. Recorto y pego:

Itziar Castro, nominada a un Goya, alerta sobre la 'gordofobia' en el cine

En su encuentro con LOC, la actriz de 'Pieles' también hace una llamada de atención a la industria audiovisual para que cambie "la perspectiva".

¿Nota esta 'gordofobia' a la hora de conseguir un papel en un casting?

En este país aún nos queda mucho por hacer. Faltan muchas series o proyectos a nivel audiovisual donde se vean mujeres diferentes, como pasa, por ejemplo, en 'American Horror Story'... Aquí pasa en 'Vis a Vis', pero más allá... - Es una cuestión de intentar cambiar la perspectiva.

Definitivamente aquí nadie ve ni cine ni series; ni los periodistas ni los propios actores: merluzos de idea fija. Ignorantes o resentidos. ¿Industria audiovisual? ¿Quienes son los responsables canallas de esa industria a la que hay que cambiarle la perspectiva? ¿Como hacerlo? ¿Obligando a los guionistas a introducir mujeres “diferentes”? Hay que joderse.

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