viernes, abril 19, 2019

Stardust memories y VOX


Stardust memories y VOX

Este blog comenzó en 2006 gracias al empeño de un amigo que se sentó delante de mi ordenador. Su nacimiento tuvo un sentido primordial del que ni siquiera mi amigo era consciente. Y no tanto porque no me conociera lo suficiente cuanto porque mis opiniones parecieran, muchas veces, incluso para él, marcianas debido a su singularidad. Sí. Desde ese mismo primer post hubo, siempre y en todo momento y al margen de la variedad de posibles posts que se pudieran ir publicando, un fin primordial: el de denunciar la Corrección Política, el de considerar la Corrección Política (CP) el verdadero mal de la humanidad, la verdadera causa de todo el mal que nos esperaba dada cuenta de la expansión manifiesta y de la poca resistencia real que había en su contra. Pero aunque el blog naciera en 2006 ya llevaba uno 10 años de reloj escribiendo sobre ello en la revista Archipiélago.

Para entender el alcance de éstas y algunas de las ulteriores afirmaciones deberíamos aceptar que los oídos sordos ante ese cáncer de la CP son los que nos ha traído a este momento actual de máxima crispación. Una crispación malsana de todos contra todos. La crispación que soporta una sociedad dirigida siempre y por encima de todo desde el principio antagónico víctima/victimario. Lo que ahora divide a la gente genera un problema de proporciones mucho mayores que el que generó un sistema sustentado en diferencias derivadas de lo político y lo económico.

[Recordemos que la CP no es más que una estrategia cuyo fin último es hacer irresoluble un problema a partir de la propia solución que se plantea, desde los mismos presupuestos de la CP, como única posible. Tal es la perversión, que no es sino una absoluta forma de humillación más allá de la consciencia que se tenga de ello. Y mucha gente, generalmente la más libre y menos cobarde, puede aceptar que un Gobierno le engañe con esta cosa o la otra (salarios, pensiones, política exterior...), puede aceptarlo, ya digo, en un momento dado y sopesando otros factores. Pero lo que esa gente no estará dispuesta a aceptar jamás... es la humillación]

En efecto, la insistencia machacona de mis textos entendiendo a la CP como la representación de la Pura Maldad era al menos singular. Y para comprobarlo no habría más que acudir a las hemerotecas y visitar mi blog (112 posts sobre CP y una centena sobre Feminismo). Había sin duda por aquella época pensadores sin duda muy lúcidos y preparados que hacían análisis sensatos y perspicaces del estado de las cosas pero a excepción de Hughes, que le dedicó un libro, nadie achacaba a la CP la importancia que se merecía, y claro, la cosa fue creciendo.

No hay más que echar un vistazo hacia atrás y leer todo lo que pudieron decir los intelectuales en boga por aquella época (1996-2006, e incluso más tarde), que por cierto al menos aquí en España aún eran los mismos que habían monopolizado la Opinión Publicada -y por tanto el pensamiento- en los años 80 (De Cuadernos del Norte a Claves, pasando todos por Prisa). Ninguno de todos ellos vislumbró, si quiera de lejos, la posibilidad de entender la CP como la verdadera causa del mal que se estaba produciendo y desarrollando. Quizá por miedo a ser tildados de reaccionarios, o de derechistas en un mundo aún regido por el ideario socialdemócrata y gobernado culturalmente por ex-marxistas. ¡Cuánto cobarde por Dios! Hubo excepciones, ya digo, pero fueron tan mínimas como tímidas: Bruckner, Hughes, Savater, Finkielkraut, Chevrel... todos ellos estupendos pero sin dar en la clave. En todo caso algunos de ellos señalaron claramente el peligro de los nacionalismos (Azúa, Savater, Juaristi), pero sin señalar la CP como Causa Fundamental (leo textos hoy en día sobre el problema catalán, como el de Eduardo Mendoza, y compruebo que aún sigue sin asociarse el problema a la CP). Prefirieron explicar el asunto (y las causas) desde parámetros clásicos: político/sociales. Quizá porque buscaban las causas demasiado lejos en el tiempo. No entendieron, cuando debían, que aún existiendo explicaciones político/sociales las causas reales del actual problema nacionalista se encuentran urdidas en estos 40 últimos años y que se fundamentan en el antagonismo de los conceptos víctima/victimario vinculados a la Cultura de la Queja.

A este respecto debo decir que el mismísimo Félix de Azúa (al que considero maestro y amigo), con el que mantuve una larga relación epistolar, no pudo entenderme cuando a mediados de los 90 le afeé uno de sus artículos debido a la ambigüedad de su posición respecto a un asunto vinculado a la CP, que él despachaba con suma ligereza. Y así todos ellos. La CP era, para todos ellos, un problema menor y sin duda subsidiario a la hora de abordar los grandes asuntos. Sin embargo ahora todos parecen preocupados con ello. Todos hablan de ello. Después de 30 años ignorando el concepto de la CP como Mal Mayor van ahora todos de listos. Después de vivir en la inopia respecto a la verdadera causa del Mal que nos gobierna, gente de la talla de Jiménez Losantos o Antonio Escohotado* (salvando las distancias entre ellos pero no dudando un ápice de la vasta cultura de ambos) nos advierten ¡ahora! de los peligros de esta mostrenca degeneración. Así ha llegado VOX al panorama actual; ha llegado por eso. Y ha llegado para eso: para intentar acabar con el Mal Mayor. Y nadie más lo hace.

*En este sentido debo distinguir entre quienes siempre fueron valientes y verdaderamente libres en sus escritos y en su vida, siendo de alguna forma políticamente incorrectos, y entre quienes no supieron ver la CP como la causa exacta de todo el desaguisado que estaba por llegar, despistándose en líos y debates puramente políticos. Resulta fácil (?) hablar ahora de la barbarie que supone la Ley Integral de Violencia de Género, pero no lo era tanto cuando se estaban dando las pautas para que ésta se desarrollara sin resistencia alguna.

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