domingo, mayo 31, 2020

Redistribución


Era una vez una familia de clase media conformada por una pareja y tres hijos adultos con sus estudios cumplimentados.

Los tres hijos se encontraban buscando trabajo mientras aún vivían con sus padres. Los tres habían acabado su etapa de formación y los tres necesitaban encontrar una forma de vida que les permitiera la independencia que pretendían. La asistente que realizaba las tares del hogar se acababa de despedir por haber encontrado un trabajo mejor y de jornada completa. El mediano decidió negociar con sus padres -ambos trabajadores- la limpieza de la casa a cambio del mismo sueldo que le pagaban a ella que trabajaba con contrato. Los padres aceptaron la propuesta de su hijo con una condición: tendría que demostrar su absoluta eficiencia en la tarea con 5 días de prueba remunerados en caso de trato. El chaval aceptó porque verdaderamente tenía ganas de independizarse y no veía otra forma.

Así fue que el mediano comenzó a compaginar las labores del hogar con la búsqueda de trabajo. Por las mañanas limpiaba etc., y por las tarde se dedicaba a la búsqueda de trabajo. Sus hermanos decían dedicar toda la jornada a la búsqueda de trabajo, pero todos en la familia sabían que, aunque fuera bastante cierto, no era cierto del todo. Ya se sabe.

Al final de su primer mes el chaval recibió exactamente la mitad de lo prometido. Ante su manifiesta contrariedad los padres le aclararon el asunto: “mira hijo, en esta familia hay ciertas cosas que siempre hemos tenido muy claras y lo sabes; es cierto que a nosotros nos cuestas lo mismo que la asistenta pero tú no dejas de ser un trabajador más que, como todos, tienen que rendir cuentas ante la injusticia social que supone, entre otras cosas, que haya gente padeciendo el desempleo y el paro, como tus hermanos mismos; por eso debes considerar y aceptar que tu paga tenga que servir para compensar esas desigualdades socio-laborales que además de injustas son, lo sabes, insolidarias. Así que tu padre y yo hemos decidido quedarnos un porcentaje del total de tu sueldo por si sufrieras algún percance laboral -del que nos haríamos cargo si se requirieran gastos extras- y el resto de lo devengado se repartirá, como no podía ser de otra forma, con tus hermanos que no encuentran trabajo. Estamos seguro que lo entenderás porque sabemos que quieres a tus hermanos”.

lunes, mayo 18, 2020

Qué fácil lo tienes Zizek

Panfleto contra el intelectual del hoy

Como sabrá todo lector de este blog durante los primeros días de confinamiento fui publicando algunos posts sobre Zizek, que ha sido borrados. El motivo es muy sencillo de explicar. Todos esos textos -más otros cuantos que no llegaron a publicarse- componen un nuevo ensayo que va a salir al mercado editorial ahora a principios de junio. El libro fue escrito durante el periodo de confinamiento, concretamente del 25 de marzo al 5 de mayo. Estará disponible en todas las librerías de territorio nacional con el nombre que titula este mismo post. El texto del libro es un texto que refuta las bases ideológicas de Zizek, concretamente la que expone en uno de sus libros, En defensa de la Intolerancia, donde el autor las explicita con bastante precisión, sobre todo en lo que respecta a su interés por instalar la discordia en la sociedad. El subtítulo es que el que abre el post, pero estuvo a punto de ser este otro. Qué fácil lo tienes Zizek. Con tanto follower idiota. Algo que sí aparece en el interior de forma documentada.
En la editorial Sequitur.         

domingo, abril 12, 2020

Carta abierta al artista del hoy



Premisa I. ¿Qué sería la Libertad? Según Hobbes “un hombre libre es quien en las cosas que por su fuerza o ingenio puede hacer no se ve estorbado en realizar su voluntad”. Y Bergson dice que “somos libres cuando nuestros actos emanan de nuestra personalidad entera, cuando la expresan, cuando tienen con ella la indefinible semejanza que se encuentra a veces entre la obra y el artista”. La Libertad es, tal y como apuntaba Sartre, la capacidad permanente de decir sí o no. Para la Filosofía el sentido primero del concepto Libertad dice “estado de la persona que no se encuentra en una situación de esclavitud, de servidumbre, etc.”

Otra cosa sería dilucidar acerca de cuántos son los que verdaderamente desean ser libres.

Premisa II. ¿De quién es la Cultura? Porque la Cultura es algo, y si es algo es de alguien. No hay otra; la Cultura sólo puede ser una abstracción desde la filosofía, la sociología, la lexicografía, etc., pero más allá de definiciones la Cultura no puede ser otra cosa que “las producciones” que nos llegan en nombre de la Cultura, del concepto Cultura. Y en este sentido la Cultura es, desde hace ya un tiempo, de quien la paga, de quien la hace posible, de quien paga esas producciones que configuran lo que determina el concepto Cultura. De quien las paga; o mejor: o de quien facilita la emergencia de todas esas producciones de las que podrá considerarse su benefactor. O pagando la totalidad o aportando las subvenciones que haga falta.

Conclusión. Todo aquel que reclame un amo debe saber que con tal reclamo lo que hace es renunciar a su libertad (aunque esto ya lo sabían todos los artistas antes de la Pandemia). Por tanto todo aquel que por necesitar un Amo trabaje para él sólo podrá ser un esclavo, su esclavo. Lo que no quita que ese esclavo pueda y deba reclamar, al mismo tiempo, las condiciones mínimas que el Amo le ha estado prometiendo desde hace años, más allá de que la renuncia a la Libertad sea, como decimos, el precio que necesariamente deba seguir pagando. Así que: adelante con los apagones y con las quejas y con las demandas.

Lo único que simultáneamente habría que también exigirles a los artistas es que ya no vayan más de libres y necesarios. No se puede ser libre si se está al servicio de quien te paga, no se puede ser libre si por depender de tu Amo no puedes ser otra cosa que su lacayo.

Ah, y también deberán renunciar a creerse influyentes además de necesarios, porque por ser lacayos de sus Amos sólo podrán decir lo que sus Amos les dejen. Hay quienes creen que es a la casualidad a quien debemos que el discurso de los artistas se parezca tanto al de las Instituciones que los financian y subvencionan. En fin. Ahora bien, si os ponéis al servicio de vuestro Amo no vengáis después diciendo que el mercado no os quiere.

Así que tal y como decía, otra sería dilucidar acerca de cuántos son los que verdaderamente desean ser libres.

sábado, marzo 28, 2020

Ruindad II

O: Indignación y Recintos Feriales

La situación que vivimos debido al COVID no puede dejar de afectarnos; sobre todo para todo aquel que se ha visto afectado directamente o indirectamente. Pero también para todo aquel que sufre por el sufrimiento de los otros.

El COVID es un virus que se transporta aéreamente que afecta mayoritariamente a gente de edad avanzada. Y su contagio no pone dificultades.

¿Dónde queda la indignación -en tanto que sentimiento prioritario- o el enfado en estas circunstancias? Sólo cabría que la indignación proviniera de gente afectada debido a la incompetencia de una gestión concreta de quien gobierna la situación. Yo particularmente no entendería otra. Sobre todo porque la cantidad de infectados y de muertes va a depender mucho de la gestión.

Así, entiendo que se pueda estar afectado por tanta muerte, pero enfado lo que se dice enfado (la indignación más colérica), sólo sería comprensible en quien se viera perjudicado, directa o indirectamente, debido a la mala gestión de quien nos gobierna. Sólo.

Cualquier indignación que proviniera de causas ajenas al propio COVID, -todas las que por ejemplo fueran ajenas al virus que se transporta aéreamente-, como las de culpabilizar al pasado (?) de algo, me parecería sintomático de pura ruindad.

Resulta curioso ver cómo todo lo que la demagogia rechaza en época de bonanza es lo que después sirve para aliviar tanto el dolor como la incompetencia. Ahí están las fuerzas de seguridad (Policía y Guardia Civil y Ejército) dando la cara, como en cualquier incendio forestal o catástrofe natural. Como siempre.

Y el símbolo más icónico y representativo del Capitalismo, el Recinto Ferial, habilitado para paliar el infortunio. Y esos Hoteles de 4 estrellas que se han lanzado a colaborar desinteresadamente. Y esos cientos de "malvados" empresarios que se han puesto a trabajar para los demás sin esperar nada a cambio, fabricando, repartiendo, ayudando.

Nota. Wuham es sólo ese al que le tocó la negra en un mundo descontrolado por lo que respecta al uso indiscriminado de una post-biología sin ética alguna.

sábado, marzo 21, 2020

Ruindad


O: La izquierda reaccionaria

Parecía que la catástrofe que nos (des)ocupa desde hace una semana servía, al menos, para unir a la gente que se encontraba mostrencamente polarizada por la ideología; una ideología, claro, inculcada por el actual sistema político-digital (Media en general, Universidades, RRSS en general y Twitter en particular). Así, parecía que la catástrofe que actualmente nos (des)ocupa servía, al menos, para unir a la gente más allá de sus miserables ideologías. No había más que estar en casa a las 8 de la tarde para darse cuenta en el aplauso común; un aplauso, además de unificador, fundamentado en la generosidad y en el agradecimiento. Pero unificador. Hasta que ha llegado la izquierda más reaccionaria y ha roto ruinmente con ese estado fraternal que -inteligentemente- sólo se preocupaba por un bien común y supremo; hasta que ha llegado la izquierda más reaccionaria y ha tenido que enfrentar de nuevo a la gente -población- con esa mostrenca polarización. Ya no sólo se “sale” a la calle para abordar un acto noble (aplausos) en la medida que es solidario, común y generoso; ahora, la izquierda más reaccionaria lo ha vuelto a hacer -con el esfuerzo que le caracteriza cuando le traiciona su maligno inconsciente de izquierda reaccionaria-: separar a la población pidiendo ruido en lugar de aplausos. Pidiéndoselo a unos cuantos, claro. Y lo peor de todo es que hay mucho gente que les baila el agua aun cuando muchas de las causas por las que se encuentran (des)ocupados las haya favorecido esa misma izquierda reaccionaria. La izquierda reaccionaria, insisto.

*Y esto ya ha sucedido el 4 día de confinamiento debido al COVID 19

sábado, marzo 14, 2020

La sociedad de la opulencia


...y de su forma curiosa de actuar

¿Por qué no salió ayer en los medios Irene Montero para hablarnos del techo de cristal?, ¿Por qué no salió anteayer para señalarnos los signos machistas que afloran cuando un padre le compra una pelota a su hijo? ¿Por que no va a salir hoy para relatarnos una nueva fantasía policial? ¿Por qué no veo a nadie en ningún lugar hablando de las pocas mujeres ingenieras que hay? ¿Por qué en los periódicos no aparecen noticias sobre el empoderamiento de la mujer; ni sobre su poca visibilidad (sic)? ¿Por qué desde hace 3 días no oigo a nadie diciendo que los varones estamos confabulados de forma organizada para fastidiar a las mujeres? ¿Por qué ahora sólo oigo hablar de infectadOs?

*Tercer día de pánico producido por el Coronavirus

lunes, enero 27, 2020

Premios Goya. O: Heterodoxia del Hoy


Entendidas en términos generales (no religiosos o económicos) ni la ortodoxia ni la heterodoxia son en sí mismas actitudes encomiables o positivas, y por tanto no existe superioridad de una sobre la otra. Tales actitudes son, pues, las que coexisten y conviven en cualquier estado o momento histórico. Y dadas las respectivas definiciones de ambos términos, el quid del asunto se encuentra, siempre y sólo, en las proporciones que definen la antinomia, de forma tal que la heterodoxia sólo pueda corresponderse con una parte pequeña de la totalidad. Así, todo momento histórico quedará ineluctablemente configurado por un número extraordinariamente elevado de ortodoxos y por un número casi despreciable de heterodoxos

No existe superioridad de una actitud sobre la otra, decimos, pero sí existen grandes diferencias entre la actitud de quienes pertenecen a un grupo o a otro. Hay algo en los representantes que conforman el siempre más reducido grupo de los heterodoxos que los define: el valor. Los heterodoxos son, por definición, individuos que se encuentran enfrentados a la mayoría, lo que siempre y en cualquiera de los casos conlleva un alto coste. El coste real que supone nadar contracorriente, valga la metáfora. Y digo enfrentados, y digo bien, y hablo de coste, y de coste real, porque nadie duda de las dificultades que entraña el hecho de no pertenecer a tu tiempo. Descartada la superioridad de una actitud frente a la otra sólo cabría analizar el sentido último que pueda tener nadar en contra de la corriente. Pero esto sería otro tema.

En cualquier caso, lo que fundamentalmente diferencia a un heterodoxo de un ortodoxo es la mayor y más intensa consciencia de la propia vitalidad del primero, pues sufrirá en sus carnes y de forma continuada ese coste que entraña el ir con la lengua fuera. Mientras que el segundo podrá ir de aquí para allá con su cinturón de seguridad y sin despeinarse. O por decirlo de otra forma: si un heterodoxo no posee una buena complexión y una buena genética muy probablemente viva 5 años menos que un ortodoxo (más allá de la complejidad de parámetros que rige la longevidad de los individuos).

Y es que si tuviéramos que hablar de libertad asociada a la antinomia, la conclusión no albergaría ninguna duda: sólo pueden saborear verdaderamente las mieles de la libertad aquellos cuya actitud no genera fácil reconocimiento social. El heterodoxo es más libre que el ortodoxo porque siendo consciente de los perjuicios que le genera su actitud no acepta complacencias tentadoras y con ello demuestra que verdaderamente hace lo que le da la gana. Nada que ver, por cierto, ni con la obstinación ni con el masoquismo, más bien al contrario lo que hace el heterodoxo con el ejercicio de su libertad es mostrar la alienación de los ortodoxos. Habrá muchos ortodoxos que se empeñen en decir que ellos también hacen lo que les da la gana pero eso sólo podrán decirlo a la defensiva y desde el río que les lleva.

Desde que Winkelmann y Baumgarten inventaran el “Inventario Sagrado” se instaló la creencia de que los artistas son los personajes que mejor representan a lo heterodoxo. Pero esto sería más que discutible, sobre todo en la actualidad de el hoy, donde el arte es entendido mayoritariamente como una herramienta de comunicación -y no poética-, tal y como demuestra la cada vez más alta injerencia del Estado en los procesos productivos artísticos de todo tipo. Por eso resulta preocupante -a la vez que desternillante, valga la paradoja- que mucha gente siga creyendo que los artistas (plásticos, teatrales, cinematográficos) son los adalides de la libertad, pues no hay mayor Gremio que mejor le coma la polla a Papá Estado (que pronto será Mamá y habrá que comerle otra cosa) y además con tanta naturalidad.

Pedro Almodóvar lo dejó claro ayer en los Premios Goya pidiendo al Estado mucho más dinero, es decir, mucha más injerencia, para la industria cinematográfica española, gastando ese gentilicio tan desasosegante cuando se habla de otras industrias, el de lo español. En un alarde de intelectualidad que Almodóvar sólo puede desarrollar cuando son los suyos quienes gobiernan distinguió entre Gobierno y Estado para poder clarificar que es el Estado quien debe poner pasta gansa en la industria cinematográfica española.

Pero si hablamos de industria todo el mundo sabe es que quien paga manda, como también sabe que existen mil y un trucos para aparentar lo contrario. Y es aquí donde los artistas, esos seres puros y libres (sic), aprenden a hacer sus misteriosos requiebros, los que consisten en adecuar sus proyectos a lo que el Estado DESEA, que no puede ser otra cosa que afianzar y agrandar sus fauces para zampar feligreses adocenados. Requiebros: ajustes que permitan conseguir la subvención; requiebros y ajustes que nunca sobrepasarán lo que sus sensibles almas libres estarían dispuestos a soportar sin contravenir esa su esencia pura y libre (sic). Así, los requiebros justos para no “ver” su pacto con Mefistófeles, ese personaje en el que dicen no creer. Resulta curioso ver la facilidad que tienen los creadores, en teoría tan puros como libres, para hacer, casualmente, los ajustes que les permitirán aprovechar las prebendas necesarias para expresar tanta sinceridad.

Que los artistas de el hoy son la pura heterodoxia quedó demostrado -también- en Radio Clásica el día anterior a la entrega de los Premios cuando en el programa Sinfonía de la Mañana Martín Llade entrevistó a los 3 directores (Garaño, Goenaga y Arregi) de la película En la trinchera, con 16 nominaciones. Pues bien, con la complacencia de quien como Almodóvar elabora análisis adolescentes el presentador del programa les dice a los directores respecto al haber rodado en Euskera, “Habéis roto un tabú [haciendo] algo que resulta más complicado” y concluye su elogio asociando esa decisión con el quijotismo, o sea con la ingenuidad más tierna e inocente. Y eso se lo dice a unos autores/directores cuya película tiene ¡16 nominaciones a los Premios Goya! “Quijotismo”, qué bueno.

Queda claro que tanto el presentador como los artistas pertenecen a su época, ésta, la de la Corrección Política; pertenecen a nuestro tiempo, el que se encuentra trufado de quejicas, víctimas y ofendidos. Los cuatro pertenecen a éste nuestro tiempo, tiempo donde los nacionalismos medran y no sólo a costa de la la izquierda tribal -no internacionalista-, no podemos olvidar que la derecha lleva años poniendo puentes de plata a todas esas comunidades con lengua propia. Los cuatro pertenecen a nuestro tiempo, ese en el que los lacayos del Poder se sienten revolucionarios haciendo, exactamente, lo que el Poder les reclama. Por eso, uno de esos directores, también ebrio de autocomplacencia, dice respecto al asunto de la lengua, “vamos camino hacia la normalización... se está volviendo cada vez más heterodoxo”.

¿Heterodoxo rodar en Euskera en nuestro tiempo? ¿Es la normalización propia de la heterodoxia? ¿Puede la heterodoxia considerarse normativa? ¿Qué hay de quijotismo en hacer lo que todas las Altas Instancias Políticas promueven? ¿O acaso ninguno de los cuatro sabe que lo que toca hoy es hacer cine el “lengua comunitaria”? ¿Ninguno sabe que lo que más cachondas pone a las Altas Instancias Políticas es hacerlo todo en “lengua comunitaria”? ¿Que donde más dinero ponen las Altas Instancias Políticas Comunitarias es es todo aquello que se haga en “lengua comunitaria”?

Para un verdadero heterodoxo pertenecer a su tiempo es una de las mayores humillaciones que puede infligirle la existencia.