Fundamentalismo progre
Decir que entre lo bondadoso y lo malvado existen muchos tipos de caracteres es casi como no decir nada. Decir que entre lo negro y lo blanco existe una infinita gama de grises resulta tremendamente cansino. Por pretencioso.
Todos los que hemos nacido vamos a morir, así que el bien es el bien y el mal es el mal. O negro o blanco. La muerte es no vida, y el mundo está gobernado por dos principios antagónicos que luchan entre sí... porque no puede ser de otra forma: el bien (reino de la luz) y el mal (reino de las tinieblas).
Así, el maniqueísmo sería la única doctrina aceptable (el único método razonable posible) para que el Pensamiento pueda evolucionar. Curiosamente, pero nada casualmente, el Pensamiento Académico que tanto ha hecho por perpetuar la corrección política (asumida en los medios y en las universidades) es el que ha conculcado a sus “oyentes” la teoría antifundamentalista de que entre el negro y el blanco existe una infinita y maravillosa gama de grises. Y así nos van las cosas.
Es cierto que con ciertas dosis de retórica podría demostrarse que el esclavo es el verdadero amo de sus supuesto esclavo, pero la cuestión es que, después de todo, quien está encadenado a un poste y come mendrugos de pan es el “verdadero” esclavo. De ahí que sea tan tentador querer convertir, por medio de un giro siniestro (que no respondería más que a un simple ejercicio retórico), a los verdugos en víctimas. Y de ahí que todos los defensores de la maravillosa gama de grises sean, siempre e invariablemente, los únicos que callen como putas ante un hecho que requiere un análisis maniqueo exhaustivo.
Por lo tanto, decir que entre lo bondadoso y lo malvado existen muchos tipos de caracteres es casi como no decir nada. Además de ser, por mucho que parezca lo contrario, un acto de pereza mental monstruoso. Y además un acto de cobardía que demuestra que o se es valiente o se es cobarde.
Todos los que hemos nacido vamos a morir, así que el bien es el bien y el mal es el mal. O negro o blanco. La muerte es no vida, y el mundo está gobernado por dos principios antagónicos que luchan entre sí... porque no puede ser de otra forma: el bien (reino de la luz) y el mal (reino de las tinieblas).
Así, el maniqueísmo sería la única doctrina aceptable (el único método razonable posible) para que el Pensamiento pueda evolucionar. Curiosamente, pero nada casualmente, el Pensamiento Académico que tanto ha hecho por perpetuar la corrección política (asumida en los medios y en las universidades) es el que ha conculcado a sus “oyentes” la teoría antifundamentalista de que entre el negro y el blanco existe una infinita y maravillosa gama de grises. Y así nos van las cosas.
Es cierto que con ciertas dosis de retórica podría demostrarse que el esclavo es el verdadero amo de sus supuesto esclavo, pero la cuestión es que, después de todo, quien está encadenado a un poste y come mendrugos de pan es el “verdadero” esclavo. De ahí que sea tan tentador querer convertir, por medio de un giro siniestro (que no respondería más que a un simple ejercicio retórico), a los verdugos en víctimas. Y de ahí que todos los defensores de la maravillosa gama de grises sean, siempre e invariablemente, los únicos que callen como putas ante un hecho que requiere un análisis maniqueo exhaustivo.
Por lo tanto, decir que entre lo bondadoso y lo malvado existen muchos tipos de caracteres es casi como no decir nada. Además de ser, por mucho que parezca lo contrario, un acto de pereza mental monstruoso. Y además un acto de cobardía que demuestra que o se es valiente o se es cobarde.
1 comentario:
Hace ya días que se cansó usted de según que matices.
Lo politicamente correcto convierte todo en una mierda, al fin nos prohibiran discusiones antagónicas por maniqueas y así pensarán poder reinar sin fin, aunque no cuentan con la física del no trago, pués sin razón aparente podemos saturarnos y volvernos irrecuperables e impredecibles y por lo tanto ingobernables.
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