miércoles, abril 18, 2012

Contraseña y contabilidad

(Que en realidad es un post scriptum)

1.Siento de veras asignar responsabilidades a los jóvenes ante lo que acaece, y siento de veras exigirles un activismo con tintes sacrificiales. “Es lo que hay”, que dirían ellos. Pero la verdad es que no pueden exigir cambios radicales en el Sistema sin renunciar a los beneficios que graciosamente fueron por ellos aceptados sin (querer) reparar en que era el propio Sistema quien le proporcionaba los beneficios a los que ahora no quieren renunciar. Nada hay más fácil que aceptar dádivas y caricias, y nada hay más fácil que ignorar lo que las dádivas y las caricias llevan implícitas en un mundo capitalista que tan bien sirve a los personales intereses INMEDIATOS de todos aquellos que después se hacen los despistados. Así, es cierto aunque sólo de alguna manera, los jóvenes son responsables de lo que les acaece.

2. A aquellos que tengan una mañana libre les recomiendo que acudan a una tienda de telefonía móvil céntrica. Les recomiendo que cojan número de expendeduría y que se queden en la tienda todo el tiempo que sean capaces de aguantar. Deberán ignorar su turno (si es que hiciera falta) e intentar quedarse un buen rato. Una hora bastaría para hacerse una idea cabal. Verá entonces pasar ante su ojos personas variopintas en toda la extensión de la palabra y podrá distinguir a los que van a adquirir una línea y los que van a formalizar una queja. Podrá observar, ante el primer caso de cliente, la falsa ingenuidad de quien debe conservar algún tipo de esperanza y podrá comprobar, también, la profesionalidad de unos jóvenes dependientes que deben, ante todo, poner aspecto de new deal. Y podrá observar, si es capaz de aguantarlo, todo el cúmulo de quejas desesperadas de clientes que llegarán allí con el único fin de solventar la indefensión que les ha conducido al desamparo; un desamparo que ahoga su vitalidad y su cuenta corriente. Y podrá observar, también, la poca profesionalidad de unos dependientes que no sabrán qué hacer ante argumentos incontestables y cotejados. Con cara de póker.

3.Abro en el ordenador mis conexiones a internet. Busco en conexiones inalámbricas. Hay doce “lugares” en mi entorno. Los doce con su particular e infranqueable contraseña. Todos, pues, pagando su “vía de conexión”. Nadie, pues, compartiendo su “vía de conexión”. Todos pagando su individualidad. Todos pagando su individualismo. Nadie, por tanto, compartiendo gastos. Nadie, por tanto, buscando “vías sostenibles”. Nadie, por tanto, luchando verdaderamente contra el Sistema, que sólo es un ente maligno cuando es entendido desde la abstracción. También para los antisistema los criterios de juicio son los criterios de la contabilidad. También los antisistema son sistemistas. También los antisitema actúan con criterios económicos “globales”. También los antisitema juzgan con criterios contables. No con criterios incontables. Es la marca del individualismo y es el precio que hay que pagar por estar cómodamente comunicado a tiempo real paseando por la calle. Mientras los sucesivos gobiernos españoles permitan el latrocionio no habrá nada que hacer. Mientras permitamos que nuestros sucesivos gobiernos amparen el latrocinio España seguirá hacia su autodestrucción total. Hay que comenzar a utilizar criterios incontables.

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