martes, marzo 15, 2016

Gamificación

Gamificación

Hace unos días fui invitado por la Universidad de Murcia para dar una conferencia que surgió a partir del último de mis libros publicados, De otro(s) mundo(s). Una aproximación al paisaje sintético. Lo había leído el profesor Borja Morgado, profesor de Fotografía, y consideraba que había motivos más que suficientes para interesar a una buena parte del alumnado de la Facultad de Bellas Artes; no sólo a sus alumnos de curso, sino a otros a los que por afinidad temática podían también sentirse atraídos por el tema; muchos de ellos alumnos que se encontraban realizando cursos de posgrado. Y por eso buscó la fecha y la hora que permitiera venir a la máxima gente posible.

 

Llegué con media hora de antelación lo que nos permitió a Borja y a mí tomarnos una cerveza. Él aprovechó para prevenirme: “no sabemos cuánta gente va a venir… últimamente los alumnos no parecen tener demasiado interés… ya sabes”. En efecto: sé. Miren si sé que sé que no hay nadie en mi escuela que haya leído el libro en cuestión, siendo su tema -las imágenes realizadas en ordenador- uno de los temas capitales de la enseñanaza impartida. No podemos olvidar que mí escuela fue la primera en impartir seriamente la carrera de Videojuegos y que los alumnos se pasan trabajando 4 años con imágenes sintéticas.

Y es cierto, la gente no quiere saber nada de conferencias y mucho menos de libros. O sea, no quiere saber nada de teoría y en definitiva de conocimiento humanístico. Si acaso de vídeos o tutoriales. En el caso que nos ocupa, por ejemplo, los alumnos se pasan trabajando 4 años con imágenes sintéticas, pero en su aplicación al producto final, así, desde su dimensión práctica; y no les interesa nada el análisis de dimensión teórica.

Por hacer un pequeño parénteisis: cada año acudo a las magníficas jornadas de análisis de cine que organiza Salva Torres con invitados excepcionales y cada año me sorprende comprobar que somos una quincena los que acudimos a ellas. Pero volvamos al tema.

La conferencia da comienzo y, en efecto, vienen 35 personas. Les hablo pero no sé qué pensar de ellas. Como tampoco sé qué pensar cuando les hablo a mis alumnos presuponiendo cierto interés en ellos; o incluso ciertos conocimientos, esos que supuestamente han ido adquiriendo en función de su interés en la materia de la que quieren vivir. Es decir, no sé qué piensan unos alumnos de tercer curso, por ejemplo, cuando les suelto un discurso que requiere de ciertos conocimientos no prácticos para poder ser seguido. Conocimientos no prácticos, insisto.

El cartel dejaba bien claro el tema de conferencia: Imagen y Futuro. Configuración de otro(s) mundo(s). Así, un tema nuclear de los estudios de Bellas Artes, al menos desde la expectación que genera el título en sí mismo.

Acaba la conferencia y dada la disposición del salón de actos los asistentes deben pasar delante de mí, rozando con sus caderas la mesa donde he dispuesto un monton de mis libros. Alguno estira el cuello para ver la portada y sólo una persona lo coje entre sus manos. Una voluntariosa amiga que me acompaña le dice que está a la venta, pero lo único que consigue es que lo suelte antes. Como si hubiera recibido una descarga eléctrica.

Salimos al bar y comentamos lo ocurrido. Me cuenta que he tenido suerte (?) con más de 30 asistentes; que hacía poco había estado Manuel Borja Villel, posiblemente uno de los personajes más influyentes del panorama del arte español como todos ustedes saben (ha dirigido la Fundación Tapies, el MACBA y actualmente el Reina Sofía) y que habían acudido 15 personas. “Con lo que me costó lograr que viniera después de haber hablado docenas de veces con su secretaria para que pudiera cuadrar la ponencia en su apretada agenda”, me dice el profesor Morgado. Y añade en tono lánguido “pero peor fue lo de Isidoro Valcárcel Medina, Premio Nacional de Arte, que vinieron 9”. ¡Valcárcel Medina!, uno de los pocos artistas inteligentes que quedan en España y con un sentido del humor nada frecuente en el mundo del arte. Sin embargo ¡después pagan por ver a un monologuista con flequillo y se tronchan con los youtubers más estrafalarios! Eso sí, salen muy preparados para el mundo empresarial, que es ese mundo para el que se han preparado, porque además de pragmáticos son altamente resolutivos. 


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