jueves, enero 11, 2018

Autopista a la Maldad

Se ha apuntado mas de una vez en este blog. La maldad avanza con paciencia y sin freno.

Uno perdió toda esperanza cuando vio el uso que, después de todo, se hacía de Internet. 

Antes de que se impusiera como forma de comunicación total y bastante antes de que las redes sociales se impusieran como forma de vida absoluta uno creía, en toda su ingenuidad, que Internet serviría para impedir que grandes grupos (mediáticos, financieros, políticos, empresariales) nos siguieran humillando y aplastando sin piedad. Uno creía, en toda su imperdonable ingenuidad, que una vez fuera posible la comunicación total y a tiempo real entre TODOS, no habría nada ni nadie que pudiera humillarnos a TODOS. ¡Cuán estúpida ingenuidad la mía! No sólo siguen haciéndolo sino que además lo hacen a cuerpo de rey, es decir con el beneplácito de TODOS, ya mucho más preocupados por sus Insta que por la humillación a la que les someten de forma persistente todas las compañías de telecomunicaciones. Y las de distribución de energía.

Acaba uno de cambiarse de compañía una vez más, con todo lo ello lleva de diálogos surrealistas y de trámites kafkianos. Y por tanto de pérdida de tiempo y dinero. No había forma de hacerse entender ante ninguno de los interlocutores que preguntaban acerca del motivo por el que uno quería cambiar de compañía. Uno les decía de forma concisa, reiterativa e imperturbable: “no puedo soportar ni consentir que se premie la infidelidad”. “Cómo... qué... no entiendo”, contestaban todos los sabios que tienen contratados de mortecinos tele-comunicadores. Así uno sin concesiones ante la ignorancia ética y ontológica: “No puedo entender que después de años como cliente fiel de esta Compañía uno esté pagando más que cualquiera de los que entra de nuevo, me parece una política contranatura por perfectamente injusta, además de poco agradecida”.

Algo huele mucho a podrido. Y mucho se teme uno que las Compañía de Telecomunicaciones no son las únicas responsables de sus actos y decisiones. 


Post Scriptum. Llevan años diciéndonos, tanto desde Tráfico como desde todos los Medios de Comunicación, que la inmensa mayoría de accidentes mortales se producen en carreteras secundarias. Seguramente por eso, una de las decisiones más anunciadas a principio de este nuevo año ha sido el incremento sustancial del peaje en las autopistas. PURA MALDAD. Y mientras los internautas comiendo pipas. 

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