Mamá Estado y su Prole
Lleva uno todo el año
barruntando acerca del estado de las cosas en lo que respecta a la
programación teatral en la ciudad de Valencia. Al principio sólo
haciéndose uno preguntas, pues se trataba de una programación que se
cerraría al final de la temporada. Pero con las ideas cada vez más
claras conforme se iba acercando ese cierre, sobre todo conociendo los precedentes de años inmediatamente anteriores.
¿Y cuál sería la
conclusión? Que la Programación de teatro en la ciudad de Valencia
lleva 3 años empeorando de forma evidente y extraordinariamente progresiva. O por decirlo de otra forma: el teatro que uno ha estado
viendo durante estos 3 últimos años ha ido siendo progresivamente
más malo. Con obras mayoritariamente zafias, groseras y basadas en
textos infantiles y eminentemente propagandísticos, escritos por
gente con cultura epidérmica e hilvanada. Así, malo y progresivo en ésta su cualidad.
Echa uno de menos la
irregularidad que existía hace tan solo 3 años y anteriores, cuando
uno iba al teatro y tenía ciertas posibilidades de encontrarse con
algunas buenas obras. Pero desde hace ese tiempo a esta parte uno ha
ido observando como las programaciones teatrales en general (obras financiadas con dinero público) y las de las Salas
(supuestamente) Alternativas privadas (sic) en particular iban a peor, pero con un
pequeño matiz que hacer respecto a estas últimas. Recuerda uno,
porque se acuerda, que digamos hace 10, 9, 8 o 4 años en los halls
de los teatros alternativos, con el ticket en la mano y antes de
dejar entrar al público a sus aposentos, se nos soltaba un discurso
sobre lo difícil que se hacía la subsistencia de ese espacio
teatral, así como el todos los similares. Se insistía en que no
ganaban dinero con el negocio porque estaban totalmente abandonados
por las altas instancias culturales (sic), que subsistían por amor
al teatro y voluntarismo cultural, que el precio de las entradas sólo
servía para pagar impuestos (sic), bla bla bla, y que por favor
apagáramos los teléfonos móviles. Y es cierto, ya para acabar, que
desde unos años a esta parte ya no sólo no existe el discursito
previo, sino que además le cortan a uno el ticket con una sonrisa
que va de oreja a oreja.
Hoy ha visto uno la
explicación negro sobre blanco de ese deterioro en la calidad de las
propuestas teatrales que se viene dando desde unos años a esta parte (y de la sonrisa de los propietarios de Salas Alternativas).
A partir de hoy ya podemos conocer la causa de ese deterioro; causa,
todo se ha de decir, que uno ya conocía, pero que sólo ahora puede
servir como argumento incuestionable. Dice hoy El Levante en grandes titulares:
“La Generalitat ha
triplicado desde 2015 las ayudas al teatro, la danza y el circo”. Y
con el siguiente subtitular: “El Institut Valencià de Cultura
destina este año 3,2 millones al fomento de las artes escénicas y
ha incrementado a 192 el número de beneficiarios”.
No hará falta que diga
que entre esos beneficiarios están todas esas pocas Salas
Alternativas cuya programación ya no necesita de beneficios en
función de la entrada para poder sobrevivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario