jueves, julio 23, 2015

Verano de 2015




La vi venir de lejos pero nunca pensé que... "No, definitivamente no es posible", me dije a mí mismo, a quién si no, cuando la vi venir de lejos. No era posible que sucediera algo que era muy poco probable... pero que podía acabar sucediendo. Como quedó demostrado unos segundos después. Sucedió, además, a una temperatura de 39 grados a la sombra y con las calles deshabitadas, lo que hizo las cosa ciertamente más desagradable. La vi venir de lejos, digo, planeando hacía mí en perfecta frontalidad y con la mirada puesta en mi entrecejo. Yo siempre había pensado que las palomas son animales tontos... hasta que conocí a ésta, que tuvo claro desde un principio lo que con su vuelo rasante y frontal pretendía. Que no fue otra cosa que lo que consiguió, cual un caza entrenado cualquiera.

Saqué un clinex del bolsillo y procedí como lo hubiera hecho cualquiera. Cualquiera que hubiera tenido un clinex en el bolsillo en un domingo de Julio con todos los establecimientos cerrados y con 39 grados a la sombra. Absorto en mis pensamientos acerca del azar giré una esquina como otra cualquiera y de repente me topé con aquel extraño y horrendo ser, un tremendo gusano amarillo de mirada amenazadora que me interpeló
-¿Pero tú qué te habías creído?
No pude articular palabra ante aquel monstruo de más de 2 metros que no dejaba de mirarme con el ceño fruncido
-¿Tan difícil es de entender la pregunta, bobito?
Me quedé bloqueado ante ese ser blando y viscoso que parecía tener algo que decirme, pero no me salían las palabras. ¿Que qué me había creído? La verdad, no había forma de que yo pudiera entender la pregunta por mucho que intentara concentrarme, algo por cierto que me resultaba imposible. Y después estaba lo de "bobito". ¿Por qué el insulto? Así que no se me ocurrió otra cosa que ser vulgar
-No entiendo muy bien, pero creo que te has equivocado de persona
El gusano modificó su posición abalanzándose ligeramente hacia mí y me dijo
-¿Acaso creías que te ibas a librar de tu destino?
-Pero si nunca creí en él -le conteste con voz temblorosa- sólo he vivido haciendo aquello en lo que he ido creyendo día a día
-Conmigo no te hagas el tonto que te he estado vigilando
-¿Vigilando?
-Bueno, digamos que vigilo a todos los escépticos que cometéis la debilidad de creer en algo
-Pero ¡si yo solo soy escéptico con mi suerte!, con lo demás soy más bien un pesimista cachondo -le dije en tono airado
All gusano no le gustó nada mi contestación, así que se revolvió y con giro de cintura golpeó mi hombro mientras me decía "Definitivamente eres bobo". 

No sabía qué hacer y me encontraba francamente asustado. No me quería enfrentar al gusano amarillo porque tenía todas las de perder, además tenía una costilla rota que restaba confianza en mis fuerzas y me impedía una confrontación honrosa. Para salir de aquel imprevisto tan desagradable se me ocurrieron dos opciones pero sólo había tiempo para actuar eligiendo una de ellas. En vez de cerrar los ojos me di la vuelta y volví por donde había venido dándole la espalda. Con ello me alejé de mi destino, cierto, ya que tuve que retroceder, pero evité que un gusano enorme me impidiera continuar hacia mi destino, el que por cierto desconozco. Sólo tuve que ducharme nada más llegar a casa.

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