jueves, octubre 01, 2015

En defensa del maniqueísmo

En defensa del maniqueísmo


En cuestiones de ética fue uno educado de manera elemental: o se era bueno o se era malo. Las tentaciones y las debilidades existían, por supuesto, pero estaban ahí para confirmar que la voluntad y la determinación tenían mucho que decir en cuestiones éticas. Y el cine clásico americano fui muy preciso al respecto: Robert Mitchum podía caer en un abismo de abandono, pero su fin en tanto que protagonista debía regirse por la fortaleza y por la determinación que le permitieran volver a ser ejemplar. De todas formas sólo apuntar que las debilidades de ciertos protagonistas del cine clásico eran simples caídas de fortaleza que, curiosamente, provenían de algún tipo de sufrida traición inesperada.

Las cosas, como bien sabemos, han cambiado mucho. Pasamos primero por una época cinematográfica (1965-1990) en la que a los protagonistas ya no se les requería ser ejemplares sino que debían mostrar una ambigüedad en sus comportamientos que los hicieran "más" humanos. En realidad todo el cine de este periodo se caracterizó por considerar la ética desde una falsa tesitura, pues el bien acababa de alguna manera triunfando sobre el mal. A veces, eso sí, a costa de rebajar el nivel de exigencia (los buenos nunca ya serían héroes). En cualquier caso, la dicotomía persistía y facilitaba una comprensión del mundo en términos antagónicamente sanos: o se era bueno o se era malo con independencia de las debilidades que a veces ya no podían superarse, pero que seguían marcando esos dos territorios claramente definidos. Así, no se llegó muy lejos en ese largo periodo respecto a un posible cambio de paradigma, pero se instalaron las bases que permitieron promover una educación cultural masiva, la de la actualidad, en la que el canalla y el malvado acabarían convirtiéndose en los verdaderos protagonistas. Y lo que resulta más inquietante: en los verdaderos paradigmas. Ahora ya nadie quiere ser como John Wayne, si acaso y en el mejor de los casos, como Dexter. Pero para saber del peor basta leer el artículo Con tetas y sin paraíso publicado en Trama y Fondo:

http://www.tramayfondo.com/articulos.php

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