Hay quien se mueve por ideales y hay quien sólo le mueve el odio.
Las guerras civiles son el producto de un odio entre dos partes llevado a la contienda.
En una sociedad donde hay odio pero no contienda lo que impera y prevalece es el miedo. Quien vive en el País Vasco sabe lo que es el miedo y sabe que una guerra existe sin que haga falta declaración de guerra alguna. Ni bombas. Aunque sí minas y humillación.
El mal se instala en esas sociedades donde el miedo impera y se impone como forma de vida. Quien vive en el País Vasco sabe que el miedo es lo que impide el ejercicio de la verdadera libertad, la libertad con la que vivimos los valencianos, los castellanos, los andaluces... todos los que no sabemos NADA de lo que es vivir con miedo.
No se trata de juzgar a un determinado partido político en función de su ideología, sino de juzgar los hechos (los actos). Obras son amores y no buenas razones.
No se trata de juzgar al gobierno en términos generales, sino de juzgarlo por aquello que lo convierte en cómplice del miedo que padece un sector de la población.
Quien vive en el País Vasco sabe a lo que me refiero. Y si no que se lo digan a esos cientos de miles de vascos que no pueden expresar su opinión en público sin miedo a que le quemen el coche. O algo peor.
Miedo es eso con lo que NO viven los andaluces, valencianos, extremeños...
Hay quien se mueve por ideales y hay quien sólo le mueve el odio. Quienes apoyan a un partido político que permite y por tanto refuerza el miedo que imponen los nacionalistas en un territorio donde el miedo vive instalado son, como mínimo, insolidarios con las injustas víctimas. Y quienes no son capaces de ser solidarios desde el no miedo que conlleva la libertad es que probablemente no son buenas personas.
Ha nacido un partido de izquierda que manteniendo los fundamentales ideales de su ideología se ha sabido desvincular de esa otra imperante izquierda psicótica y demagógica que defiende el matrimonio gay pero que patrocina el miedo. Tal partido ha sido, digan lo que digan, un fracaso. Quienes han votado al partido del gobierno tenían la oportunidad de ser solidarios y defender la libertad. Votando al partido de Rosa Díez. Pero el miedo les ha podido y han preferido votar a la contra. Con voto útil, supongo. Parece que, en esta ocasión, el 90 % de los votos sacados por el gobierno ha sido a costa del voto útil, voto a la contra. A la contra de la oposición, pero a favor del miedo.
Las guerras civiles son el producto de un odio entre dos partes llevado a la contienda.
En una sociedad donde hay odio pero no contienda lo que impera y prevalece es el miedo. Quien vive en el País Vasco sabe lo que es el miedo y sabe que una guerra existe sin que haga falta declaración de guerra alguna. Ni bombas. Aunque sí minas y humillación.
El mal se instala en esas sociedades donde el miedo impera y se impone como forma de vida. Quien vive en el País Vasco sabe que el miedo es lo que impide el ejercicio de la verdadera libertad, la libertad con la que vivimos los valencianos, los castellanos, los andaluces... todos los que no sabemos NADA de lo que es vivir con miedo.
No se trata de juzgar a un determinado partido político en función de su ideología, sino de juzgar los hechos (los actos). Obras son amores y no buenas razones.
No se trata de juzgar al gobierno en términos generales, sino de juzgarlo por aquello que lo convierte en cómplice del miedo que padece un sector de la población.
Quien vive en el País Vasco sabe a lo que me refiero. Y si no que se lo digan a esos cientos de miles de vascos que no pueden expresar su opinión en público sin miedo a que le quemen el coche. O algo peor.
Miedo es eso con lo que NO viven los andaluces, valencianos, extremeños...
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Ha nacido un partido de izquierda que manteniendo los fundamentales ideales de su ideología se ha sabido desvincular de esa otra imperante izquierda psicótica y demagógica que defiende el matrimonio gay pero que patrocina el miedo. Tal partido ha sido, digan lo que digan, un fracaso. Quienes han votado al partido del gobierno tenían la oportunidad de ser solidarios y defender la libertad. Votando al partido de Rosa Díez. Pero el miedo les ha podido y han preferido votar a la contra. Con voto útil, supongo. Parece que, en esta ocasión, el 90 % de los votos sacados por el gobierno ha sido a costa del voto útil, voto a la contra. A la contra de la oposición, pero a favor del miedo.
1 comentario:
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