1. Estamos a 9 de Junio, la gente sale a la calle con chaqueta desde hace días y eso no es noticia. No genera noticia por extraño que sea, que lo es. En otros años el aire acondicionado de casas y empresas llevaría accionado desde mediados de Mayo y sin embargo la gente duerme con colcha, algo que tampoco parece ser noticia, por raro que sea el hecho. Los pantanos se han abastecido bastante y ya no hace falta trasvase de ríos allá donde se hacía inminente por necesario. No hay bronca pues, por lo que no hay noticia, sólo un breve comentario de cafetería. News is bad news, como es sabido. La Expo de Zaragoza va a dar comienzo con el agua al cuello por lo que nadie querrá hablar de sequía, o por lo menos no alzará la voz para hacerlo, no vaya a ser que se ahogue. Este año, en definitiva, nadie habla del cambio climático. Y mientras, a Al Gore se le escapan los dólares de los bolsillos cuando se sienta en su jet privado para ir a la vuelta de la esquina. ¡Qué asco me dais, medios!
2. El problema del entendimiento en la comunicación es, como siempre, el de la interpretación de los términos. Un ínclito analista político decía hoy en su ínclito periódico que le ética del periodista debía regirse por la veracidad y el pluralismo. Apuntaba además, que esto ya lo dijo hace treinta años y que desde hace esos treinta años él viene defendiendo la veracidad y el pluralismo frente al mito de la objetividad (al parecer este analista se pasó por el forro el Nuevo Periodismo con todo lo que supuso respecto al mito de la objetividad). No sé exactamente que quiere decir con veracidad, sobre todo viniendo de un analista que debe llevar más de treinta años cuestionando toda afirmación que se presente como verdadera, a no ser que sea la suya. O sea renegando de toda afirmación que se presente como verdadera siempre y cuando venga de un contrincante ideológico. Así que no entiendo lo que por veracidad él entiende. Y el entendimiento se resiste. Pero lo que no he alcanzado a entender de ninguna de las maneras y aun cuando he leído el artículo tres veces es lo que me ha querido decir con lo de que el periodista debe ser plural. Y el caso es que lo explica. Pero ya digo, se me escapa. Sobre todo viniendo de alguien cuyos artículos no se mueven ni un ápice de lo que de él se espera. Así, un periodista escribe sobre la labor del periodista y de lo que debe ser esa labor. Y lo que yo entiendo es, sólo, que no le entiendo.
2. El problema del entendimiento en la comunicación es, como siempre, el de la interpretación de los términos. Un ínclito analista político decía hoy en su ínclito periódico que le ética del periodista debía regirse por la veracidad y el pluralismo. Apuntaba además, que esto ya lo dijo hace treinta años y que desde hace esos treinta años él viene defendiendo la veracidad y el pluralismo frente al mito de la objetividad (al parecer este analista se pasó por el forro el Nuevo Periodismo con todo lo que supuso respecto al mito de la objetividad). No sé exactamente que quiere decir con veracidad, sobre todo viniendo de un analista que debe llevar más de treinta años cuestionando toda afirmación que se presente como verdadera, a no ser que sea la suya. O sea renegando de toda afirmación que se presente como verdadera siempre y cuando venga de un contrincante ideológico. Así que no entiendo lo que por veracidad él entiende. Y el entendimiento se resiste. Pero lo que no he alcanzado a entender de ninguna de las maneras y aun cuando he leído el artículo tres veces es lo que me ha querido decir con lo de que el periodista debe ser plural. Y el caso es que lo explica. Pero ya digo, se me escapa. Sobre todo viniendo de alguien cuyos artículos no se mueven ni un ápice de lo que de él se espera. Así, un periodista escribe sobre la labor del periodista y de lo que debe ser esa labor. Y lo que yo entiendo es, sólo, que no le entiendo.
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