domingo, septiembre 17, 2006

Del tópico a lo atípico

Del tópico a lo atípico

Recurriendo al viejo tópico ha de decirse que no es lo mismo pelar una cebolla que pelar una alcachofa. Günther Grass, por ejemplo, ha exorcizado su culpa en las primeras capas de su particular cebolla. Es decir, se ha encontrado con el Günther Grass de antaño, el malo. Y nos lo ha mostrado. Así pues, gracias a sus propias declaraciones sabemos ahora que ha sido mala persona; para unos pocos debido a su filiación perversa, para otros muchos por su silencio posterior, reiterado e hipócrita. No sabemos, en cualquier caso, qué es Günther Grass en el presente, porque ¿debemos creer que sigue siendo mala persona después de sus declaraciones? ¿puede ser el bueno de Günther una mala persona por sus pecados (grandes) de juventud o lo es por haber sido un hipócrita durante toda su vida posterior al pecado? ¿puede haber dejado de ser mala persona a partir de unas declaraciones que le liberaban?, y si así fuera, ¿lo sería gracias a ellas o lo sería porque el pasado, inmediato o no, nada tiene que ver con el presente continuo? ¿si deja de ser (simpatizante de o hipócrita) lo que le convertía en una mala persona deja de ser una mala persona? ¿debe acarrear uno con la imposibilidad de ser una buena persona sólo por el hecho de haber cometido “irregularidades”? ¿puede, llegando al límite de la cuestión, un asesino ser una buena persona si el remordimiento y la culpa no le dejan vivir tranquilamente? ¿haber actuado mal conlleva el inevitable estigma de la maldad? ¿con qué se va a encontrar el malo de Günther después de pelar toda la cebolla? Lo único que sí es seguro es que se va a encontrar con más dinero. Pase lo que pase en su fuero interno y piensen lo que piensen los demás.

Mutatis mutandis. No falla. Y podría parecer cómico si no fuera porque es estrictamente dramático, pero cada vez que entrevistan al entorno de un terrorista suicida o un asesino en serie la respuesta es la misma, no falla: “parecía una buena persona, venía a comprar el pan todos los días y siempre tenía una frase amable para alguien”. Por otra parte es sabido que los grandes timadores son grandes precisamente porque no lo parecen. Pero son malos. Todos: los terroristas, los asesinos, los violadores, los timadores, los racistas, los hipócritas, los xenófobos, los egoístas, los irresponsables... A propósito, ¿son malos los despistados? ¿son malos sólo si el despiste les irresponsabiliza? ¿son malos si con con uno sólo de sus despistes causan una tragedia? O mejor, ¿hasta qué punto son malos los despistados? O mejor aún, ¿son malos desde qué momento, sólo desde el momento en que su irresponsabilidad provoca desaguisados? ¿hasta cuándo serían malos?
Da capo. Recurriendo al viejo y cursi tópico ha de decirse que no es lo mismo pelar una cebolla que pelar una alcachofa. Yo llevo años pelando una alcachofa y mi conclusión es que soy una mala persona. Pero no tanto debido a mi pasado, nada relevante en ningún sentido, sino debido a mi presente. Yo no soy malo por lo que fui, sino por aquello que me lo hace ser a diario. Pelar una alcachofa presupone, a diferencia de lo que presupone pelar una cebolla, encontrarse con un corazón y yo ya sé que no tengo un corazón de oro, como el que por ejemplo demuestran tener todos los opinadores mediáticos, que siempre ven el mal en lo ajeno y además hacen un curioso esfuerzo por parecer distantes de él. Yo veo el mal en mí. Quizá no excesivamnte, pero lo veo. No siempre, pero sí más de lo que me gustaría. Un mal que no se expresa de forma grandilocuente pero que está y se expresa.

2 comentarios:

Roma dijo...

Me encanta eso de pelar una alcachofa para encontrarse con un corazón.

Braulio Lopez dijo...

Tal vez un lector fanático e incondicional.
Cuando elogia a esos autores que le apasionan, no merezca mucho crédito, por lo de incondicional.

Pero ¿quien vive siempre?