Probablemente sea ésta una carta que leas de aquí a unos años. Si es que la lees. Ahora eres demasiado pequeña, pero te la escribo desde el presente, que ya tendrás tú tiempo de ponerla en pasado. No hace mucho escribía tu hermano con esta misma introducción. Y por motivos similares.
Estoy locamente enamorado de vosotros, dos maravillosos y tan dispares mellizos. Tenéis una bondad tan admirable como envidiable para la edad que tenéis (7 años). Sólo viéndoos puedo aprender de vosotros.
Sois exageradamente diferentes en todo. El hecho de que tú seas mujer y él hombre es precisamente lo que más en común tenéis. Tal es la diferencia que respecto al carácter y personalidad demostráis. Por eso a ti te pido (aunque ambas cartas van dirigidas a los dos), yendo al grano, que uno de los valores que busques en tus posibles parejas o relaciones sentimentales sea el de la ternura.
En la carta a tu hermano le hablaba de la Guerra de Sexos reivindicando su existencia. Y le decía que tal Guerra existía, sólo, debido a la rentabilidad política que de ella extraía inevitablemente todo Gobierno con ambiciones. Y le contaba también cómo los medios de formación de masas son los primeros interesados en hacer del problema algo irresoluble. ¡Da tanto de sí!, ¡da tanto de sí la existencia del problema!Así que una vez aclarado eso te digo algo que espero tengas siempre presente: todos los maltratadores de mujeres, todos, han mostrado numerosos signos de violencia antes de llegar las agresiones denunciables. Todos los maltratadores de mujeres se hartan de dar pistas que les delatan. Todos los maltratadores de mujeres han dado muestras continuas de cuál es su carácter y cómo lo exteriorizan ya antes de que se produzca la primera (y seguramente no última) agresión física. Así que, queridísima Daniela, no te lleves jamás a engaños con la excusa del amor. No se puede querer a nadie que no sepa controlar su lado canalla, sangriento, salvaje. No hay excusas, Daniela, y no te dejes engañar por ninguna supuesta necesidad de protección. La mejor protección que puedes tener en la vida se la deberás a tu sensatez. No a un chulo. Y no confundas la ternura con el gesto de arrepentimiento ni con las lágrimas de cocodrilo. No hay excusas que impidan olvidar con inmediatez a un ser que se ha delatado como violento. Aprende, cuanto antes, a olvidar a la velocidad del rayo a quien ha dado muestras de agresividad innecesaria. Y por último, que no te despiste el hecho de que los primeros signos del violento aparezcan contra otros y no contra ti. Hay mujeres a las que no les importa la agresividad en un hombre siempre y cuando ésta se manifieste contra “otros”. A veces incluso les gusta porque les ofrece seguridad (por decir algo). Una seguridad, como ya habrás deducido, no sólo innecesaria en principio, sino falsa en la mayoría de los casos. No estamos en la Edad Media Daniela.
Por otra parte he de decirte que los medios de comunicación, además de no querer solucionar el problema, se ha propuesto el linchamiento del hombre. No dejan de asociar el maltrato al machismo y por una extraña regla de tres (seguramente vinculada a una suerte de memoria histórica) el machismo lo asocian a su vez a los hombres. En esta circunstancia, querida Daniela, hace tres días han dado el Premio Nobel de Literatura a la escritora Doris Lessing, que es, probablemente una de las pocas verdadera feministas que hay en el mundo. Y puesto que las estadísticas dicen que una de cada cuatro mujeres son maltratadas yo diría que de cada 100 mujeres que se autoproclaman feministas sólo una lo es realmente y con todas las consecuencias. Lo cual, claro, no sé si es bueno o malo. Pues bien, como te decía, Doris Lessing ha sido la galardonada con el máximo exponente de la Literatura. No hace mucho la escritora decía en un periódico "Los hombres han sido un invento reciente. Tienen ideas diferentes, pero son imprevisibles, no se puede contar con ellos. Todavía no se han asentado. Estará usted de acuerdo en que, en las mujeres, hay una especie de solidez. Tienen un empaque, como que han echado raices". Y para redondear su tesis, "sólo confío en que la naturaleza nos salve con algo extraordinario, que no sé qué puede ser". Esto es la Guerra, Daniela, y quizá por eso le dan a Lessing, no un premio cualquiera, sino el Nobel de la Literatura, el más prestigioso de los premios culturales. Un Premio que sirve, entre otras cosas, para sostener la Guerra.
No hagas caso Daniela a nada que provenga de los medios de formación de masas. Aprende a ser sensata, sacar tus propias conclusiones, a razonar con serenidad. El Premio a Lessing no es más que una prueba de que todo lo que te digo no es incierto. Quieren potenciar la Guerra. Tú ya has dado muestras de tu extremada bondad. Sigue por ahí y lee mucho, lee todo lo que puedas. Prácticamente todo está en tus manos. Incuido, cómo no, tu corazón.
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