Primero, 2 premisas:
A. La derecha existe.
B. Los progres se creen de izquierdas.
En el nuevo vídeo promocional de las juventudes socialistas se repite lo que ciertos magnates poderosos saben que funciona en las mentes más perfectamente infantilizadas. Magnates que a su vez gobiernan el partido para el que trabajan. Se repite por tanto la estrategia de siempre. Y como saben de su eficacia, la ponen en práctica con machacona insistencia, la que imprimen las ansiedades electoralistas. Se repite la estrategia de siempre: la estrategia, pues, más izquierdista de las posibles. Así, quien debería usar la razón y el argumento (algo que teóricamente es inherente al ser de izquierdas), acude a la más inadecuada (¿inadecuada pero oportuna?) de las falacias; la ad hominen.
Así pues: hay un malo y un bueno; el malo es un chico y la buena una chica. El malo se mece el cabello y habla con tono de pijo (es decir, tiene dinero). La buena es risueña y culta. El malo viste de marca (es decir, tiene dinero) y de la buena no sabemos nada en esa materia. El malo no responde a la pregunta pero la buena sí. Cuando el malo habla (que habla, pero no responde a la pregunta) dice sandeces hirientes y cuando la buena mujer responde lo hace diciendo la verdad.
Segundo y último, 3 premisas a modo de conclusión:
A. La Izquierda odia, por tradición y lógica, todo maniquísmo, por falaz, por totalitrio.
B. La derecha existe.
C. Los progres actúan como sólo lo harían unos fascistas.
Post Sriptum. Ya en la calle y justo después de leer la noticia comentada (en El País) me cruzo con una niña que de la mano de su madre y con la mirada perdida en el infinito repetía “corre corre caballito, corre corre caballito, corre corre caballito, corre corre caballito, corre corre caballito, corre corre caballito, corre corre caballito...” Es obvio que la niña sólo repetía un estribillo, el estribillo, seguramente porque era lo único que sabía de algo que le sonaba. Lo que no resulta tan obvio, pero es sin embargo muy probable, es que la niña no supiera lo que es un estribillo.
Grito: ¡Daos prisa, Rosa Díez y Fernando Savater, por favor!
jueves, octubre 04, 2007
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