sábado, agosto 15, 2015

Blanco y/o Negro

En el famoso relato de la antigüedad Teseo y su padre, Egeo, diseñan un código para entenderse a la vuelta de la expedición marítima organizada para acabar con el Minutauro. Egeo estará atento y con la mirada puesta en el horizonte marino; si viera acercarse la nave con la vela blanca entendería que la empresa ha sido un éxito; si la viera acercarse con una vela negra sabría del fracaso de su hijo. Estaba todo "controlado" a través del pacto resuelto con un código. Así fue que un día se encontraba Egeo oteando el horizonte cuando vio acercarse la nave que tripulaba su hijo. No vio bandera alguna que le indicara nada acerca del desenlace de la expedición y se suicidó.

Es cierto que a Egeo pudo faltarle paciencia, pero la cuestión es que al no ver bandera alguna fue incapaz de dominar su desazón y decidió quitarse la vida. En el código pactado nadie habló del significado que podía colegirse de la ausencia de bandera, por lo tanto podemos pensar que quizá Egeo se precipitara debido a un carácter propenso a la tragedia. La cuestión es que su hijo Teseo había efectivamente acabado con el Minotauro, pero a costa de perder a Ariadna en Naxos. La tristeza de Teseo provocada por la muerte de Ariadna fue más fuerte que la euforia derivada de haber vencido al Minotauro. Y este estado melancólico que vivía Teseo en el regreso fue la causa de que se le olvidara de izar bandera alguna.

Pero, ¿es que acaso era todo tan sencillo como para pactar un simple código binario: blanco/éxito, negro/fracaso? Valdría la pena que el lector hiciera el esfuerzo con contestarse antes de continuar con la lectura. Yo, antes de contestar voy a atender a una posibilidad que muy probablemente resulte del agrado de muchos. Si los signos que me ofrece la realidad no me engañan lo cierto es que habrá mucha gente que piense en la pobreza del pacto. Y crea de alguna manera que pudo pactarse un código algo más complejo, al fin y al cabo fue una circunstancia distinta de las (dos) previstas la que condujo la historia al desastre.

Teseo vence al Minotauro, lo que además de ser una señal de éxito lo es de euforia, pero como contrapartida pierde a Ariadna, lo que además de ser una señal de tristeza lo es también de fracaso. Así, el regreso de Teseo podría haber previsto otro tipo de resultados posibles, menos radicales (blanco/éxito o negro/fracaso), más "grises", como por ejemplo el de un éxito triste, o el de un éxito relativo, o el de un éxito disminuido, o el un estado de ánimo, orgulloso, melancólico, confuso. ¿No es eso lo propio de los que afirman que las cosas no son sólo blancas o negras? ¿No es eso lo que se corresponde con el pensamiento de los que machaconamente nos dicen que las cosas están llenas de matices y que no necesariamente son blancas o negras? Así, por ejemplo: una bandera blanca con un penacho negro habría significado éxito relativo. Pero ¿habría un código más complejo evitado la tragedia? En absoluto, porque la causa de que el padre se suicidara es el simple despiste del hijo. Un hijo que sabe cumplir con su tarea de héroe pero que después no puede ni siquiera con su propia melancolía.

Así de nuevo, ¿es que acaso era todo tan sencillo como para pactar un simple código binario? Yo diría que sí. Pero otro. Porque al fin y al cabo el fatal desenlace nada tiene que ver con el tipo de bandera enarbolada. No podemos dejar de lado dos aspectos significativos del relato: primero que en el pacto tiene más importancia lo implícito que lo explícito, al menos en Egeo: en vista de lo acaecido lo que a éste le importaba no era tanto que Teseo venciera al Minotaro cuanto que Teseo regresara sano y salvo de la expedición, por lo que no se explica bien el tipo de código elegido; hubiera bastado uno que diera prioridad a la superviviencia de Teseo y no tanto al éxito de la empresa. Y segundo que la tragedia del suicidio no se deriva, después de todo, del tipo de bandera sino más bien de la no-bandera; la verdadera causa no es otra que la del "despiste" de un tipo obnubilado por su melancolía. Egeo pudo haber aceptado la decepción de una bandera negra porque era una de las dos posibilidades pactadas con su hijo, aunque ello hubiera supuesto el fracaso de la expedición. Pero por razones obvias que radican en el mismo pacto, lo único que desde luego no habría sido fácil de aceptar a Egeo era la no-bandera, la carencia de bandera, porque se trataba de la única señal fatal.  

Conclusión. Hay veces que los relatos míticos de la antigüedad no acaban de funcionar ni siquiera como patrones conceptuales concebidos para guiar al sujeto en su viaje iniciático. Y tal cosa sucede, como en las malas películas, cuando sus personajes carecen de un cierto sentido común. A un héroe -de la mitología clásica- sólo le está permitido carecer de sentido común cuando de él se requiere un valor sobrehumano. Sólamente. Por lo demás no puede ser un imbécil. Si lo que más importaba a Egeo era su hijo, lo cierto es que su código era realmente estúpido. Le hubiera bastado con inventar uno acorde a sus verdaderos intereses. ¡Y qué decir de Teseo, el héroe al que le es encomendada la tarea de vencer al Minotauro! Un auténtico gilipollas cuya obnubilación melancólica le impide recordar el pacto acordado con su padre.

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