viernes, agosto 07, 2015

Viaje por el sur (y 3)

El Provisional (Centre Pompidou)

Pocas cosas hoy en día pueden permitirse el lujo de ser verdaderamente independientes y por tanto genuinas. Es una lástima. Existen pocas posibilidades de sobrevivir desapelotonado en un mundo fagocitado por los mecanismos que impiden la disidencia so pena de exclusión total. Así se ha configurado nuestro (nuevo) mundo con el beneplácito de todos y no sólo de los poderosos. Esta mañana he visitado la librería de una pequeña ciudad cuya principal fuente de ingresos proviene de las temporadas estivales. Mi conclusión es una y sólo una: la librería de esta pequeña ciudad no puede permitirse otra selección de libros que la que tiene, que resulta desoladora por vulgar. Y entiéndase el término vulgar desde un punto de vista estricto y con todo el respeto hacia quien no puede hacer sino lo que hace para sobrevivir.

Y si eso sucede con las cosas, qué no sucederá con las Instituciones, que desde hace ya un tiempo no tienen  posibilidad alguna de salirse del patrón establecido por la Corrección Política, que no sólo es la que "sugiere" los temas oportunos -para un centro expositivo público- sino fundamentalmente la que exije buenos resultados económicos en la gestión. Lo vimos hace unos días en la crónica que uno hacía del Centre Pompidou provisional. Igual que el librero tiene todos sus mostradores abarrotados con libros de portada repujada (money), el museo expone aquello que pueda generar entradas (money)... y compras (money). No resulta casual que para salir del provisional se le obligue al espectador a recorrer toda la tienda.

Y que nadie se lleve a engaño con el asunto de la Corrección Política. Lo he señalado alguna vez en este blog: la Corrección Política fue un invento de la izquierda que le vino muy bien a la derecha. Porque la Corrección Política es un sistema de censura encubierta montado desde arriba pero con el beneplácito de todos los que en principio se beneficiaban desde abajo. Que esa fue la perfecta estrategia de la CP: erigir, en nombre de la libertad, un sistema que nos hacía cada vez más dependientes de las paternalistas clases dirigentes. Y por eso, repito, que nadie se lleve a engaños con este asunto crucial: el nivel de CP que pudo alcanzar, por ejemplo Consuelo Císcar en el IVAM, no tendrá nada que envidiar al que podrá alcanzar José Luis Cortés en el mandato actual, con independencia de las divergencias ideológicas que puedan existir entre ambos. La CP es un virus que se encuentra inoculado en toda acción pública cuyo principal cometido sea el de sobrevivir.

Comentaba en otro post las consecuencias de tanta CP aplicada al mundo expositivo, que da igual que tuviera como producto obras modernas que contemporáneas. Pero ¿qué pasa con las intenciones? ¿Cómo manifiestan sus intenciones los gestores/directores/técnicos de los principales centros exhibidores de arte? ¿Cuál es ese discurso que tampoco podrá huir de los preceptos de la Corrección Política? Pues precisamente el único posible. Así de simples son los mecanismos que rigen la CP, que se mueven con un dedo. Acudamos de nuevo a ese dossier de 27 folios que una amable "mediadora" me dio en el vestíbulo del provisional.

Rápidamente uno comprueba lo previsibles que son los discursos que tratan de ajustarse a esa falsa empatía que intenta desprender siempre la CP. Vean si no cómo esos discursos tiran de conceptos absolutamente estratégicos que intentan aparentar buen rollo y sobre todo generosidad. Dice el dossier en el epígrafe 4 "El alma del concepto es la 'mediación cultural' innovadora basada en la experiencia, mundialmente reconocida, desarrollada en este ámbito por el Centre Pompidou". La cosa promete, me digo: ¡un concepto con alma! el de la "mediación cultural", pero no una mediación cualquiera, sino una mediación ¡"innovadora"! Así, ya estamos avisados, no será este centro expositivo como todos los demás, porque su concepto tiene alma: el concepto es el de la "mediación cultural" y el alma la pone el sentido innovador de su aplicación. ¡Qué intriga! No sé si podré con tanta expectación (y estamos aún en el segundo párrafo).

Pero antes de desgranar el contenido de esa innovadora forma de mediación cultural, el dossier debe insistir en el buen rollo de su cometido y en la generosidad con la que ha planteado la mediación: "El Centre Pompidou provisional, destinado a personas que no suelen frecuentar los lugares de cultura, quiere proponer a sus visitantes una nueva visión del arte basada en la interacción". Pero vayamos por partes no sea que nos atragantemos. El centro Centre está destinado a los ignorantes, a los palurdos, a los que "no suelen frecuentar los lugares de cultura", y por lo tanto es a ellos a quien irá dirigida la mediación, para que ver si de una vez por todas espabilan. Lo que no entiendo muy bien es eso de la "nueva visión" (del arte) si antes no ha existido ninguna. Seguramente se referirá a la visión que permita, tal y como apuntábamos en el anterior post, el goce de lo expuesto, una vez la mediación haya hecho su papel, claro. Para que todos gozen de todo; de Nauman, de Bacon, de Saura, de Zush, de Miró, de Léger, de Piano, de Mendieta, de Fautrier, de Ono, etc. De todo y como corresponde, sin fisuras, sin dudas. No puede haber un fin último que no sea ese. No puede.

Aunque por otra parte está lo de la "interacción", que tampoco deja de ser intrigante. ¿Cómo será eso de la interacción? ¿De qué forma se la habrán planteado estos expertos en marketing? De momento han dejado caer la bomba en el tercer párrafo pero no queda claro en que pudiera consistir, así que siguen con lo de la mediación: "Esta mediación se hará frente a las obras, pero también en espacios multifuncionales de mediación en los que la transmisión de conocimiento, el debate, la sorpresa, el juego y el cuestionamiento agitarán la curiosidad de profanos y amantes del arte".

Ya hemos llegado, pues, a los famosos "espacios multifuncionales", tan misteriosos ellos, al "juego", tan propio de los que no "suelen frecuentar los lugares de la cultura" y a la "sorpresa", que no sé exactamente de dónde puede provenir, más alla de que pueda hacerlo de cualquier cosa, como pasaría en un museo de ornitología. Y lo mejor de todo: espacios multifuncionales para... ¡"el debate"! ¿Debate?, me digo a mi mismo. ¿Con quién? ¿Sobre qué? ¿Con los mediadores? ¿Con los expertos/comisarios? ¿Con el propio director del Centre? ¿Sobre la técnica pictórica y su evolución? ¿Sobre la percepción visual? ¿Sobre el concepto de arte según Hegel? Y por último, "transmisión de conocimiento" en "espacio multifuncional", ¿a partir de la interacción, quizás? Seguro, porque aún está por aclarar el término en su aplicación a la mediación.

Pero antes de explicar en qué consiste todo eso de la innovación en "mediación cultural" el Centre remarca que "El Centre Pompidou provisional se aplica en implantar una política de público y de formas de mediación originales que establezcan un vínculo estrecho con el tejido social local" (cuarto párrafo). O lo que es lo mismo, al Centre le preocupan, no sólo los palurdos, sino también los malagueños, que son los que fundamentalmente pagan la fiesta. Y por eso se insiste en el quinto párrafo, "Por su trabajo de mediación con el público, el Centre Pompidou da prioridad  ampliar los asistentes y se dirige, en primer lugar, a quienes en priincipio no irían a los museos". Perfecto, maravilloso: no sé muy bien quienes son los asistentes pero sé que el esfuerzo real se ha concentrado en los palurdos, que si son malagueños, mejor. Y también sé, porque ya me lo han dicho 4 veces en medio folio, que las "formas de mediación" son "originales". Además, su confianza en esta estrategia es tal enorme que aseguran que "Cada Centre Pompidou provisional será un espacio de vida que, más que vistarse, se frecuentará". ¡"Espacio de vida"! ¡Sin tálamos!

Veamos, pues, cuáles son esas originales y novedosas formas de mediación cultural basadas en la "experiencia mundialmente reconocida" del Pompidou, basadas todas, al parecer, en la interacción. Aquí las tienen tal como son descritas 3 veces en las respectivas páginas 17, 18 y 19 del dossier: "Herramientas pedagógicas, folletos, audioguías, recorridos... cada dispositivo deberá trascender el punto de vista científico de la obra para crear la afición por el arte en público y entender la creación contemporánea como un factor de intercambio y desarrollo cultural". ¡Acabáramos!: ¡"Folletos"!, al parecer lo último en dispositivos; ¡"audioguías"!, al parecer lo último en tecnología; ¡"recorridos"!, al parecer lo último en estrategia informativa. Aunque quizá lo más destacado sea el genérico de la enumeración: "herramientas pedagógicas". Todas, como se ve, basadas en la anunciada interacción (?). A partir de este momento el dossier se desbarata alcanzando su zenit con una frase que resume la memoria de intenciones: "Un espacio que motive la participación, la implicación, los intercambios". Perdónenme ustedes que me retire de repente, pero me ha dado un apretón.

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